Ciudad Abierta

2007 Junio 3

Sectur, los empresarios y Semarnat

El seis de marzo, en Los Pinos se llevó a cabo la primera reunión de la Comisión Intersecretarial de Turismo, creada por Vicente Fox hace tres años. Fue primera y única, porque sólo sirvió para que el presidente Felipe Calderón anunciara su desaparición y sustitución por el Consejo Consultivo de Turismo.

En esa reunión se evidenciaron dos cosas: la animadversión que prevalece entre los tres dirigentes empresariales del sector turístico: Gordon Viberg, Mahbub Sarquis y Miguel Torruco, y que las modificaciones a la Ley General de Vida Silvestre, que habían entrado en vigor unos días antes, convirtiendo en intocable al manglar, es el tema que más preocupa actualmente a los empresarios del ramo.

La semana pasada narré cómo cada uno de estos líderes del sector privado le pidió a Calderón que los ayudara a dar marcha atrás a los cambios a la ley, pero el Jefe del Ejecutivo los remitió al Poder Legislativo, que es donde se hacen esas cosas, sacudiéndose de las manos el asunto.

Así, al haber fracasado frente al presidente, que los mandó a tocar la puerta de los diputados, los empresarios iniciaron un camino que será largo en su búsqueda por recuperar su licencia para destruir los humedales del país. Aunque no hay que perder de vista que tienen a su favor ser los dueños del dinero y que algunos legisladores tienen sus debilidades, como la del “Niño Verde”, José Emilio González Martínez, y su video historia del soborno de dos millones de dólares.

Sin embargo, los empresarios son empeñosos y siguen tocando puertas en busca de apoyos, aunque no se las abran.

Por ejemplo, ese día, al terminar la reunión en Los Pinos, al gobernador priísta de Nayarit, Ney González, quien asistió y se sentó junto a Calderón en su calidad de coordinador de la Comisión de Turismo de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), se le acercó Gordon Viberg, presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), para solicitarle su apoyo. Pero ante la llegada de más gente que quería saludar al nayarita, optó por irse. Minutos después, se acercó a González una persona que se identificó como enviada de Viberg, quien le propuso que se reunieran. Sin embargo, el gobernador no accedió, diciéndole que él creía que era el momento de cuidar nuestros recursos naturales.

Hace un mes, el titular de la Secretaría de Turismo (Sectur), Rodolfo Elizondo, se reunió con los miembros del CNET y uno de los puntos de la agenda era precisamente la Ley General de Vida Silvestre. Al abordar el tema, el secretario hizo lo mismo que su jefe: los mando a tocar otra puerta. Les dijo que quien está manejando el asunto con el Congreso no es él, sino su homólogo de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Rafael Elvira Quesada. “Si hay algún arreglo, será con el titular de Semarnat, no conmigo; yo estoy en segundo término en este asunto”, había dicho previamente Elizondo a un grupo de reporteros ese mismo día.

Sin embargo, hasta el momento la Semarnat ha sido muy cautelosa y no ha hecho ningún pronunciamiento sobre la Ley General de Vida Silvestre, ni Viberg se ha reunido con Elvira Quesada. Solamente ha habido algunos acercamientos entre ambos a través de la propia Sectur y del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), pero nada formal todavía.

No obstante, hace diez días el titular de Semarnat declaró que “Tenemos el deber ético y moral de conservar nuestro gran capital natural, a fin de garantizar una vida digna para los mexicanos de hoy y de mañana; nuestra responsabilidad con las generaciones futuras es la de conservar los recursos que les pertenecen tanto como a nosotros”.

En su discurso, Elvira Quesada añadió que por ello, la política ambiental del Gobierno Federal que encabeza Calderón, está dirigida a reducir la pérdida de diversidad biológica y a crear bienestar fomentando el uso sustentable de las riquezas con que cuenta nuestro país.

“Ayer el Presidente de la República fue muy claro al expresar que perder el capital natural no sólo nos hace más vulnerables frente al cambio climático, sino que perder eso es perder a México”, dijo un día después de que Calderón encabezara la celebración del Día Internacional de la Biodiversidad y seis días después de que, sin consultarle, el presidente corriera públicamente a su delegado en Quintana Roo, Carlos Muñoz Berzunza, precisamente por haber permitido que construyeran edificios en manglares de Cancún.

La excepción

Y es que en este tema, una vez entendida la línea marcada por Calderón, los funcionarios públicos han caminado en el mismo sentido, con excepción de uno: Miguel Gómez Mont, director general de Fonatur.

Gómez Mont, quien en esencia es un empresario que proviene de la rama de la construcción, sabe de estas cosas. Y es el único en el gobierno que, hasta el momento, se ha pronunciado, por lo menos en privado, por apoyar a los empresarios en esta cruzada.

Sin dudarlo, afirma que hay que modificar de nuevo la ley, porque las decisiones tajantes, se vuelven irregularidades tajantes. Para que quede más claro, sostiene que “No se puede seguir el desarrollo sin tocar el mangle. Es como querer construir carreteras sin tirar árboles”.

Tal vez sería bueno que Gómez Mont recordara la historia de Magdalena Carral, quien sólo duro un año al frente del Consejo de Promoción Turística de México. Cuando Calderón y Elizondo apoyaban que una parte de los Derechos de No Inmigrante que recibe el Instituto Nacional de Migración pasaran a manos del CPTM, Carral, quien venía de dirigir el INM, se opuso abiertamente. Ahora su lugar lo ocupa Francisco López Mena, quien como diputado impulsó esta cesión de fondos.

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