Ciudad Abierta

2007 Marzo 18

Posadas regresa a las playas con Aqua

Después de varios años de olvidarse de las playas, para abocarse al mercado de viajeros de negocios, Grupo Posadas, cuyo director es Gastón Azcárraga, afina los detalles para iniciar lo que será el más grande de sus proyectos hasta la fecha: un mega desarrollo turístico en la Riviera Maya.

El conjunto, que incluirá un hotel, casas, villas para su sistema de tiempo compartido Club Vacacional, campo de golf de 18 hoyos y Spa, estará ubicado cerca del poblado de Chemuyil, a 96 kilómetros del aeropuerto de Cancún, a 43 kilómetros de Playa del Carmen y a 14 kilómetros del parque Xel-Há, en Quintana Roo.

La noticia de que se trata del mayor desarrollo en la historia de esta empresa mexicana es relevante, debido a que Posadas actualmente posee 95 hoteles que conjuntan 17 mil habitaciones, en 50 ciudades de nuestro país, Brasil, Argentina, Chile y Estados Unidos.

Pero no es sólo eso, antes planea abrir hoteles en Acapulco y Los Cabos.

Y aún hay algo mejor: sus próximas propiedades en la zona Diamante de Acapulco y en Los Cabos serán Aqua, la marca que le dio gran éxito en Cancún durante algunos meses, hasta que llegó el huracán Wilma y la destruyó. Sobre el hotel de la Riviera Maya, Javier Barrera, vicepresidente de Franquicia de Posadas, afirma que probablemente también sea Aqua, lo cual todavía están considerando. Tomarán la decisión para la primera semana de abril.

La historia del hotel Aqua es muy singular. A principios de los años 90 del siglo pasado, la gente de esta empresa cayó en la cuenta de que la oferta de alojamiento de las cadenas hoteleras estaba enfocada a los viajeros de placer, en el nivel de cinco estrellas, desdeñando el segmento de cuatro estrellas, del que se ocupaban los hoteles independientes. Ahí había un gran nicho de mercado y lo detectaron.

Así fue que en 1992, tomando como modelo el esquema de los hoteles Courtyard de la cadena Marriott, lanzaron su marca Fiesta Inn, de categoría Business Class. El éxito fue inmediato. Y, ante los buenos resultados, vieron también que la misma situación se repetía con los hoteles de tres estrellas, en donde dormía mucha gente que, sin ser ejecutivo de una gran empresa, viajaba por motivos de trabajo, sin mucho presupuesto y aspirando a encontrar un hotel que les ofreciera seguridad, limpieza, comodidad y funcionalidad.

El resultado fue la creación de la marca One, denominada de Clase Económica, para este estrato del mercado. El primer hotel One lo inauguraron a principios de febrero pasado en Monterrey.

Más aún, y en sentido contrario, igualmente descubrieron que existe un sector de viajeros de negocios que pueden pagar más y que están en busca de hoteles más sofisticados. De esta idea surgió la marca Lat 19, una combinación de hoteles Business Class con Life Style, que anunciaron a mediados de junio del año pasado y la cual aún está en desarrollo.

Y mientras dedicaba su tiempo para planear y ejecutar la incursión en este nicho de viajeros de negocios, Posadas dejó a un lado su expansión de hoteles de placer en playas, hasta que se les presentó una oportunidad coyuntural.

Después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, empresarios de ese país iniciaron la construcción de un gran hotel en Cancún y acordaron con la cadena francesa Accor que ellos lo operarían bajo su marca Sofitel, su producto de mayor lujo. Sin embargo, al negarse el gobierno de Francia a apoyar la invasión militar estadounidense a Irak, los dueños del inmueble cancelaron el convenio con la compañía gala.

Entonces lanzaron una licitación para la operación del hotel y, ante la oportunidad, Posadas decidió participar y ganó. Para entonces, los Hoteles W habían inventado con gran éxito el nicho de los hoteles de “Estilo de vida” y tenían ese mercado para ellos solos. Sin que hubiera una propiedad de ese segmento en Cancún, la compañía de Azcárraga creó la marca Aqua, bajo esos términos. Con toda la fachada de cristal y 371 habitaciones, fue abierto al público el primero de diciembre de 2004.

A pesar de sus elevadas tarifas, de 200 dólares diarios en oferta y arriba de los 500 dólares en temporada alta, la aceptación del Aqua fue sorprendente y en muy poco tiempo se convirtió en el hotel de moda en la plaza.

Desgraciadamente, el gusto les duró poco. Once meses después de su estreno, llegó Wilma y lo arrasó. Su envoltura de vidrio no le ofreció ninguna protección, a pesar de los cien millones de dólares que costó el hotel.

A 17 meses de distancia, de las pocas huellas urbanas que quedan del paso de este huracán por Cancún es el alto edificio del Aqua que, sin los cristales, parece una construcción en obra negra. A principios de 2006 Posadas anunció que para el verano de ese año lo reabrirían, pero no fue así. Descubrieron que los daños habían sido mayores a los calculados inicialmente, por lo que, además de las reparaciones, tuvieron que realizar un rediseño estructural que lo haga resistente a futuros meteoros.

Barrera afirma que las obras van avanzadas y da una nueva fecha de reinauguración: el próximo 15 de septiembre. De cumplirse este pronóstico, el Aqua habrá quedado cerrado durante casi dos años.

Cuando reabra, su situación ya no será la misma que cuando comenzó a operar, debido a que se encontrará con que ya hay un hotel con el cual competir: ME Meliá, producto también de Wilma.

Sol Meliá igualmente decidió incursionar en los terrenos de los hoteles de Estilo de Vida y en octubre pasado lanzó en Madrid su primero de la nueva marca ME. Y como Wilma le dañó su Meliá Turquesa en Cancún, decidieron aprovechar los trabajos de remodelación y adecuarlo a este nuevo concepto, bajo el cual comenzó a operar en enero pasado.

Pero, con competencia o no, la buena noticia es que Posadas peleará ahora por el mercado de Life Style en las playas mexicanas.

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