Ciudad Abierta

2006 Noviembre 26

El equipo de Rodolfo Elizondo

Hace un mes, durante una cena, cuando un funcionario de la Secretaría de Turismo se dio el lujo de hablar bien de John McCarthy, entendí que el director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo ya no tenía posibilidades de llegar a la secretaría y que la gente de Rodolfo Elizondo poseía, por lo menos, indicios certeros de que su jefe repetiría en el cargo.

Con pocas palabras hizo un análisis suscinto de cómo se manejó políticamente McCarthy durante estos seis años al frente de Fonatur y concluyó a manera de epitafio: “Es un buen funcionario, pero mal político”.

Y, como reto, me preguntó: “¿Por quién apostarías tú para la Sectur?”, y me quedé con la impresión de que él ya tenía la respuesta correcta.

Cuatro semanas después todo se confirmó: el presidente electo, Felipe Calderón, al dar a conocer los nombres de quienes integrarán su gabinete económico, ratificó a Rodolfo Elizondo al frente de Sectur.

Con este refrendo, Calderón manda su primer señal positiva para la industria turística y da el primer paso para confirmar que, efectivamente, esta rama de la economía tendrá el apoyo que nunca se le ha dado desde el gobierno.

Cuando en febrero pasado el entonces candidato presidencial panista dejó abierta la puerta para que, en caso de ganar las elecciones, la Secretaría de Turismo fuera una cartera susceptible de ser entregada a la oposición, a cambio de conseguir respaldo en el Congreso a las iniciativas que envíe, muchos se mostraron escépticos de que a esta industria se le revaluara en la siguiente administración federal.

Sin embargo, algo sucedió en los siguientes diez meses, que Calderón cambió de opinión y optó por retenerla, con un panista al frente. Es probable que en ese lapso haya sido el propio Elizondo quien lo convenció del potencial económico, de desarrollo social y creación de empleos que el turismo tiene, dentro de lo cual también se ganó seguir en el cargo.

La amistad entre ambos es añeja. En palabras del propio Calderón, son amigos desde 1983, cuando Elizondo obtuvo la presidencia municipal de Durango, tiempos en que arrebatarle al PRI una alcaldía era una hazaña. Entonces el hoy presidente electo tenía 21 años de edad.

Cuando a finales de mayo de 2004 Calderón le renunció a Vicente Fox como secretario de Energía, en protesta por un regaño público del presidente que considero injusto, muchos lo dieron por muerto. Sin embargo, Elizondo fue de los pocos que, trabajando para el gobierno foxista, se mantuvieron cercanos.

Ratificaciones y cambios

Hasta ahora, únicamente Antonio Enríquez Savignac, en el sexenio de Miguel de la Madrid, ha estado seis años al frente de Sectur. Elizondo llegó al cargo arrancando agosto de 2003 y ahora tiene la oportunidad de, por lo menos, completar un sexenio en dos gobiernos distintos. Además de los avatares políticos que se puedan dar, la salida de Sectur de Elizondo podría estar marcada desde ahora para el 2010, por el latente deseo de ser gobernador de Durango. Claro que esto dependerá de muchas circunstancias, incluyendo la edad y la salud.

Pero eso se verá después. Por lo pronto, con tres años y cuatro meses como secretario de turismo, Elizondo tendrá que ver si ratifica a su equipo o hace ajustes.

Fuera de la secretaria, los dos brazos principales del sector son Fonatur y el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM).

Cuando Elizondo llegó a Sectur, John McCarthy ya era director de Fonatur. Y, a pesar que no han tenido una buena relación, se mantiene ahí hasta la fecha, debido a que la dirección de esta paraestatal es nombramiento directo del presidente de la república. Elizondo no tiene atribuciones para designar al próximo titular de Fonatur, pero tal vez sí de recomendar o vetar. Además, si bien Calderón no entregó Sectur a la oposición, esta dependencia es una posición que sí podría ser negociada. Hay tres priístas que la andan buscando, entre ellos el ex gobernador de Hidalgo, Manuel Ángel Núñez Soto. De cualquier forma, el ciclo de McCarthy se da por concluido dentro de cuatro días.

En el caso del CPTM, el secretario de turismo propone, el presidente del país aprueba y después la Junta de Gobierno del organismo cumple la formalidad de ratificar el nombramiento. A finales de 2005, Francisco Ortiz renunció al Consejo para irse a manejar la imagen del candidato Felipe Calderón, de donde sería despedido dos meses después. Para suplirlo, sorpresivamente Elizondo se decidió por Magdalena Carral, quien poco antes había dejado de ser comisionada del Instituto Nacional de Migración (INM).

Con sólo un año para trabajar, Carral llegó para sacar la chamba urgente: licitaciones de contratos para publicidad y relaciones públicas, así como la organización del Tianguis Turístico que estaba cerca. De planeación nada, únicamente darle continuidad a lo que ya había.

Pero ahora se abre la puerta para que continúe en el CPTM y pueda aplicar sin premura la experiencia que tiene en esta área. El único escollo a salvar es su férrea oposición a que la parte del Derecho de No Inmigrante que le corresponde al INM sea entregada al Consejo, ya que tanto Elizondo como Calderón se han manifestado en sentido contrario, además de un buen número de empresarios.

En cuanto a los tres subsecretarios: Elizondo trajo consigo a Humberto Sarmiento para la de Innovación y Calidad; y tiempo después nombró a Oralia Rice en la de Planeación. Es decir, ambos son gente suya y no se ve razón para los cambie. Y respecto a Francisco Madrid, subsecretario de Operación, él ya estaba cuando llegó Elizondo y si no lo quitó, fue porque este funcionario es una de las gentes que más saben de turismo en México.

Así que, por el momento, el único cambio previsible es el de McCarthy en Fonatur.

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