Ciudad Abierta

2006 octubre 29

Canadá rechaza abaratarse

Para el turismo mexicano es muy alentador que el presidente electo, Felipe Calderón, se comprometa a darle a esta industria la importancia que hasta ahora se le ha negado. Sin embargo, el panista se equivoca cuando enfila sus baterías a tener como objetivo principal incrementar el número de turistas extranjeros en nuestro país.

El punto no está mal, pero este enfoque no debe ser la meta final, sino un medio para llegar a lo realmente importante: hacer de México una potencia turística mundial en cuanto a recepción de divisas.

Tal vez sería oportuno tomar como referencia la experiencia de Canadá, una nación con la cual México pelea codo a codo en el ranking turístico internacional, situación que ilustra el planteamiento del que hablo: nuestro país recibe más visitantes que Canadá, pero ellos captan más divisas que nosotros.

Hace unos días estuvo en el Distrito Federal Michele McKenzie, presidenta y CEO (Chief Executive Officer) de la Comisión Canadiense de Turismo (CCT), y quizá al equipo del próximo mandatario mexicano le pueda interesar algunos de los conceptos que externó durante una plática que sostuvimos.

En Canadá no existe una Secretaría de Turismo similar a la Sectur de México, pero la CCT es el equivalente a esta dependencia. McKenzie explicó que esto se debe a que el gobierno canadiense tiene un sistema de empresas descentralizadas, en el que existe una corporación que es responsable de la mercadotecnia de la industria turística y esta corporación es la Comisión que preside.

Y si no obedece directamente al gobierno, se debe a que está diseñada para funcionar como una estructura comercial y no como una dependencia. “Un ministro tendría una responsabilidad política”, dice, y ella no se mete en esos asuntos; su compromiso es meramente comercial. De hecho, la CCT se parece más al Consejo de Promoción Turística de México, que a la Sectur.

Por supuesto que es difícil pensar que este esquema funcionaría en nuestro país, ya que las realidades social y económica son muy diferentes. Pero a ellos les funciona muy bien.

Le pregunté por qué hace medio siglo Canadá era el segundo país que más turistas recibía y hoy ocupa la posición número diez, y expuso que desde entonces han sucedido muchas cosas.

Por ejemplo, tenían un fuerte comercio transfronterizo con el norte de Estados Unidos y la gente entraba y salía en automóvil; pero luego se desarrollaron las aerolíneas, aumentó el número de sitios a dónde viajar y, aunque mantienen ese comercio con la Unión Americana, ahora compiten con otros destinos.

También está consciente de sus condiciones y sabe que no tienen las suficientes habitaciones de hotel como para pelear por regresar a ser el número dos mundial. Ante esta circunstancia, tiene muy claros sus objetivos: mantenerse en los diez primeros en cuanto a llegadas de turistas y pelear por los viajeros de alto poder adquisitivo.

Agregó que la industria turística de su país está estructurada de una manera muy distinta a la nuestra, ya que son segmentos diferentes. “México tiene un gran producto de playa y compite con precio; en tanto que Canadá no compite con precio ni lo hará en el futuro. Nuestro desafío es mandar el mensaje de la naturaleza al mundo. Cuando alguien llega a México, sabe qué hará; cuando llega a Canadá, no”.

La ejecutiva añadió que tratan de tener nichos de mercado en todo el mundo, porque Canadá no tiene una sola personalidad, sino varias: “Tenemos destinos modernos, excitantes, queremos fortalecer la idea de vivir experiencias nuevas en ciudades que son limpias y seguras, con buenos hoteles, museos y una gran oferta cultural”.

Los codiciados mexicanos

En resumen, su idea no es captar muchos más turistas indiscriminadamente, sino atraer a mercados que gasten más.

Esta es una de las razones por las que en los últimos años han trabajado para incrementar la cantidad de mexicanos que viajan a Canadá. Sus estudios les indican que el turista mexicano gasta más que el europeo y hacia acá han puesto la mira. La mayoría de sus visitantes europeos proveniente del Reino Unido, con quien tienen lazos comunitarios e históricos, y de Alemania, seguidos de un gran volumen de asiáticos. Sin embargo, aunque la cantidad de mexicanos que viaja a tierras canadienses es pequeña en comparación con esas otras naciones, se ha constituido como el mercado emisor que más ha crecido porcentualmente en los últimos años.

Este crecimiento es resultado de haber puesto en la Ciudad de México una oficina de la CCT, que dirige Jorge Morfín. Cada año han elevado su presupuesto para promoción en nuestro país y para 2007 lo incrementarán 16% sobre lo que invirtieron en 2006.

El próximo año su monto aquí será de dos millones de dólares y tienen buenas razones para justificar esta inversión: 189 mil mexicanos viajaron a Canadá en 2005, nueve por ciento más que en 2004; y entre enero y julio del presente año esta cantidad llegó a 127,500 turistas mexicanos. La provincia que más nos llama la atención es Ontario, a donde llega 42% de los viajeros de México que van a Canadá, 33% va a la Columbia Británica, 20% a Québec, 3% a Alberta y el resto a otros destinos.

McKenzie tiene muy bien estudiado el mercado mexicano y a él está apostando, entre otras, por una razón de peso: son turistas que gastan mucho. Esa es la tendencia mundial de los países que compiten por los viajeros.

Milenio Diario. Suplemento TornaVuelta