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Québec cumple 400 años en 2008 y lo celebrará durante diez meses PDF Imprimir E-Mail
escrito por Gustavo Armenta   
domingo, 13 de enero de 2008

En 2008, Québec cumple 400 años y lo celebrará durante diez meses

QUÉBEC. Este año, la ciudad canadiense de Québec cumple 400 años de haber sido fundada.

Y como hay que esperar cuatro siglos para tener un motivo de celebración como éste, o al menos otros cien años para que se repita la ocasión, los festejos de los cuatro siglos durarán de enero a octubre, con 130 actividades oficiales que se irán desarrollando en esos poco más de 300 días de 2008; aunque sus autoridades calculan que, por lo menos, en realidad se realizará el doble de los eventos planeados por ellos, ya que muchos organismos privados harán los suyos, sin que sea necesario registrarlos previamente en el comité organizador.

 

2008 Enero 13

Québec cumple 400 años y lo celebrará durante diez meses

Una larga lista de eventos artísticos y culturales que se desarrollarán de enero a octubre serán un motivo permanente durante casi todo 2008 para visitar esta francesa ciudad canadiense, que preparó durante ocho años este largo festejo

Québec. Es la noche del 31 de diciembre de 2007. En la calle, un ligero viento, tímido pero helado, en unos cuantos minutos congela toda la carne que no esté cubierta: narices, mejillas, orejas, manos sin guantes. No obstante, cuando falta ya muy poco para las 23 horas, la pequeña Plaza D’Youville está atiborrada de gente que, después de cenar temprano en su casa, acudió a este rincón de lo que llaman el Viejo Québec, algo así como el Centro Histórico, no sólo para recibir el Año Nuevo, sino también para ser testigos presenciales del inicio de los largos festejos de diez meses que celebrarán el aniversario 400 de la fundación de la ciudad.

Hombro con hombro, pecho con espalda, más de quince mil quebequenses y turistas forman una marea de gorras multicolores, de gruesas chamarras, pantalones rompe vientos, guantes, orejeras y caras sonrientes que no ocultan su alegría por estar aquí en este momento que a todas luces les resulta histórico.

La plaza es una breve explanada delimitada por edificios, restaurantes y la Puerta de San Juan, lo que recuerda que ésta es la primera ciudad amurallada al norte de México en el continente.

A la intemperie, la temperatura es de menos cinco grados Celsius, la cual llega a menos diez o más baja cuando la brisa invernal arrecia su soplido. La ceremonia conmemorativa está a punto de comenzar, cuando inicia una nevada como espectáculo telonero del show que vendrá. Los copos que caen con suavidad, flotando con gracia infantil, le dan un halo todavía más decembrino a la plaza adornada con pinos navideños y series luminosas.

Todos están de frente al gran escenario construido especialmente para la ocasión junto a la fachada de un antiguo edificio, y de las metálicas torres con reflectores salen haces de luces amarillas, moradas, azules, verdes, que cruzan el sitio y lo dividen en gajos resplandecientes.

Del otro lado de la plazuela, a la espalda de los espectadores, el redondo edificio del restaurante Il Teatro parece un gran pastel con una enorme corona de luces rojas y blancas que se repiten en racimos por todos lados de la fachada. No hay duda, esta es una noche de fulgores y fiesta popular.

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María José Banville, una quebequense que se casó en la Riviera Maya, frente al mar Caribe, es la asistente de Jean Leclerc, el presidente de la Sociedad de los 400 Años, comité encargado de organizar la gran celebración.

Mientras comemos en Il Teatro unas horas antes de que todo comience, explica que la Sociedad se integró desde el año 2000, organismo en el que laboran 85 personas.

Como hay que esperar cuatro siglos para tener un motivo de celebración como éste, y al menos otros cien años para que se repita la ocasión, los festejos de los 400 años de la fundación de Québec durarán de enero a octubre, con 130 actividades oficiales que se irán desarrollando en esos poco más de 300 días del 2008, aunque calculan que, por lo menos, en realidad se realizará el doble de los eventos planeados por ellos, ya que muchos otros organismos también harán los suyos, sin que sea necesario registrarlos previamente en la Sociedad.

Han trabajado duro durante estos últimos ocho años y quieren que el mundo se entere de su gran fiesta, fandango que esperan sirva para atraer a visitantes de todo el mundo que, además de conocer y disfrutar de esta bella y compacta urbe de pinceladas medievales, comparta con ellos todo lo que han preparado para la conmemoración. Por eso invitaron a 130 periodistas extranjeros a presenciar el inicio de su lúdico maratón de cultura, arte e historia.

Cumplir 400 años de vida no es poca cosa y por eso en 2008 Québec lanza la casa por la ventana. Sin tacañería ni falsa humildad. Y, haciendo eco de aquello que afirma que la modestia no consiste en quitarse las virtudes, sino en no aumentárselas, esta metrópoli de origen francés, que se sabe hermosa y cálida por su gente en cualquier época del año, creó un fondo de 85 millones de dólares canadienses para financiar los festejos. Bolsa que se integró con dinero de todos los niveles de autoridades: sendos 40 millones de los gobiernos federal y estatal, así como cinco millones más de la propia ciudad; además de otros 85 millones tripartitas para mejoras urbanas en la metrópoli que ellos llaman villa.

Sí, el cumpleaños 400 de la villa de Québec bien vale un sarao de 170 millones de dólares que, a final de cuentas, no representa un gasto, sino una inversión.

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El 30 de diciembre, Québec, después de una fuerte nevada nocturna, amaneció a menos diez grados Celsius. Las angostas pero suficientes habitaciones del hotel Pur, de concepto minimalista, están diseñadas para que el gran ventanal que queda de frente a la cama sirva como marco para la cambiante postal de la ciudad como si fuera un óleo vivo.

Desde el piso 16, cada mañana regala un paisaje nuevo, de calles y azoteas del Distrito de Sant Roch, un antiguo barrio que ya vio pasar su época de esplendor para convertirse en una zona pobre, pero que ahora resurge con hoteles como éste y con restaurante y bares llenos de sorpresas, como Le Tonneau, que una noche abre sus puertas para jóvenes que gustan de música estridente, y al siguiente día se convierte en un sicalíptico templo del karaoke, donde hombres y mujeres de la tercera edad concurren para beber cerveza, cantar y bailar salsa en grupo con coreografía de Caballo Dorado, sin complejos, sin victorianos pudores.

El lugar, con luz tenue y aroma a ganas de seguir viviendo la vida, se llena de renovados corazones que todavía laten y, sin miramientos, se muestran dispuestos a un romance más, para lo que quede de vida o de la noche, ya sea con adolescentes y ruborizantes besos en la mesa; con manos inquietas que, al lento compás de una canción sugerente, recorren temblorosas la espalda de la pareja mientras bailan apretados y en silencio; o desapareciendo en la solitaria y oscura calle en busca de un lugar mejor, mientras caminando se acurrucan uno en el otro sintiendo el frío de la nieve que cae sin prisa, como sus pasos. Esto también es Québec, una ciudad de libertades.

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En punto de las once de la noche del último día del año, comienza el esperado espectáculo y con él arranca también la decena de meses que durará la fiesta de Québec 400. Sobre la fachada del edificio que está detrás del escenario, proyectan sucesivamente los mensajes de felicitación de las personalidades políticas de Canadá: el responsable de los festejos, el Alcalde de la ciudad, el Primer Ministro de la provincia de Québec y el Primer Ministro del país, entre otros. Los espectadores, ansiosos ya y dispuestos a celebrar en grande, festejan con gritos y aplausos la aparición de cada uno de sus líderes.

Después vendría un enorme despliegue de números artísticos de bailarines, cantantes, acróbatas y comediantes que, presumiendo una cuidada y generosa producción, interactúan durante una hora a lo largo del templete, repasando con su espectáculo la historia de Québec. Una hora exacta de derroche de algarabía y celebración, de tecnología y arte, hasta que llega la medianoche, cuando puntuales, como todo aquí, finaliza el show conmemorativo, para iniciar el conteo final: del diez al cero, hasta que el 2007 se consume y en el cielo de Québec, este Québec de 400 años de existencia, se ilumina durante varios minutos con los fuegos artificiales que anuncian la llegada del 2008 y con él, el gran cumpleaños de esta magnífica ciudad que un día de 1608 fundara  Samuel de Champlain, en lo alto de un cerro junto al potente río San Lorenzo.

DETALLES

*Uno de los atractivos que siempre tuvo Canadá como destino turístico, es que su moneda era más barata que la de Estados Unidos. Pero ahora, el dólar canadiense está más caro que el estadounidense.

*No obstante, Québec es una ciudad que, a pesar del fortalecimiento de su divisa, sigue siendo mucho más barata que cualquier ciudad de la Unión Americana.

*No existen vuelos directos de México a Québec, por lo que una de las opciones más prácticas es volar por Air Canadá de la Ciudad de México a Montreal o Toronto, y en ambas cambiar de avión para llegar al destino en la filial Air Canadá Jazz. En total, el tiempo de vuelo efectivo es de alrededor de seis horas.

*En Air Canadá solamente los jugos, refrescos, agua y frituras son gratuitos. Tanto los alimentos como las bebidas alcohólicas tienen un costo. La comida puede ir de los seis a los doce dólares canadienses, dependiendo lo que pida; en tanto que los tragos, incluida la cerveza, valen cinco dólares.

*Por dos dólares, prueba una paleta de miel de maple que hacen en el momento sobre una cama de hielo. ¡Son riquísimas!

Más información:

canada.travel

MINIAGENDA

*La ciudad de Québec no es una metrópoli grande como Montreal o Vancouver, es más bien una ciudad pequeña cuyos atractivos principales se concentran en la parte vieja de la urbe.

*De calles estrechas y a veces empinadas, lo mejor es caminar el Viejo Québec para ir descubriendo sus tiendas, restaurantes y bares, hasta llegar al icono del lugar que es el Castillo Frontenac, el cual hoy es un hotel de la cadena Fairmont.

*Para hospedarse a un buen precio, está el hotel Pur, moderno y minimalista.

*Para comer, no dejes de ir a Il Teatro; y para cenar es obligada una visita a Gambrinus.

*También hay varios museos y un casino.

*La lista completa de los eventos que habrá de enero a octubre para celebrar los 400 años, la puedes consultar en bonjourquebec.com/400th.

Más información:

monquebec2008.com.

hotelpur.com

Il Teatro: 694-9996

restoquebec.com/gambrinus

PIES DE FOTO

FOTO Principal: El famoso Castillo de Frontenac. OFICINA DE TURISMO Y CONVENCIONES DE QUÉBEC/ CLAUDEL HUOT

FOTO 2: El 2008 fue recibido con fuegos pirotécnicos. ATM

FOTO 3: Calle de Petit-Champlain, un lugar de bares, tiendas y restaurantes. ATM

Milenio Diario. Suplemento TornaVuelta

Modificado el ( miércoles, 03 de septiembre de 2008 )
 
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