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¿Por qué nadie toma en serio al turismo? PDF Imprimir E-Mail
escrito por Gustavo Armenta   
sábado, 25 de marzo de 2006

Ciudad Abierta

2006 Marzo 26

¿Por qué nadie toma en serio al turismo?


Desde Rosa Luz Alegría, en la época del presidente José López Portillo, hasta Óscar Espinosa, en la de Ernesto Zedillo, la Secretaría de Turismo fue considerada una cartera menor, ideal para acomodar a las amigas y los amigos. Todavía en la década de los 70 esto era más entendible, ya que México carecía de una industria turística desarrollada; pero en los 90 el país tenía ya todas las armas para pelear un lugar en ligas mayores.

Con la excepción de otro presidente, Miguel de la Madrid, que en los 80 nombró secretario de Turismo a Antonio Enríquez Savignac, quien impulsó Cancún y llegó a dirigir la Organización Mundial del Turismo, el resto de los mandatarios no le dio importancia a este sector.

Fue hasta la llegada de Vicente Fox que se hizo un primer intento serio, pero se equivocó en el método y en la persona: utilizó head hunters y contrató a Leticia Navarro, una destacada ejecutiva sin experiencia política, que no entendió, al igual que el presidente, que gobernar no es lo mismo que administrar gerencialmente una empresa.

Después de ese error, Fox cayó en lo mismo que sus antecesores al utilizar la Sectur para resolver políticamente una crisis palaciega en Los Pinos. Así fue como el actual responsable, Rodolfo Elizondo, llegó al cargo, lo cual fue tomado como un ascenso hacia abajo, al ser alejado del círculo íntimo del poder.

Poca expectativa causó la llegada de Elizondo. Simplemente era un político más con el que se repetía el mensaje de que el turismo no es relevante, sino una ficha menor en el tablero del ajedrez político.

Sin embargo, Elizondo entendió muy bien la importancia económica que el turismo tiene ya para el país y se puso a hacer política desde esa trinchera tan desdeñada, diciendo verdades que nadie se atrevía a hacerle ver a Fox, después de estrellarse con la que ha sido la realidad perenne de este sector: nadie lo toma en serio.

Harto de recibir recursos miserables, a pesar de ser la segunda industria en aportar divisas al país –sin considerar las remesas--, en septiembre pasado Elizondo les dijo a los diputados que el principal problema de Sectur es que nadie en el gobierno la toma en serio y por eso le dan un presupuesto que no alcanza para nada.

Días después, volando hacia La Paz, BCS, le pregunté al presidente Fox qué opinaba sobre esto, y me dijo que él sí toma en serio al turismo y que su mejor aportación es la estabilidad económica y social que le ha dado a México, con lo cual se atraen inversionistas. Retórica, pues. Porque de acciones directas y concretas a favor de la industria, nada. O, como todos saben: aprecio que no se refleja en el presupuesto, de nada sirve.

Un futuro incierto

Pero el sexenio foxista ya se está acabando y el futuro no parece muy promisorio. De los candidatos presidenciales que hoy andan en campaña, el del PAN, Felipe Calderón, a pesar de estar asesorado por el propio Elizondo, poco sabe del tema; Roberto Madrazo, del PRI, no ha dicho nada al respecto; y Andrés Manuel López Obrador, del PRD, tampoco parece darle mayor importancia.

Si lo vemos por el lado de sus antecedentes, Calderón no ha tenido mayor contacto con la industria que Rodolfo Elizondo y Francisco Ortiz, quien dejó la dirección del Consejo de Promoción Turística de México hace tres meses para manejarle la imagen, pero ya lo despidió; en tanto que Madrazo no impulsó al turismo cuando fue gobernador de Tabasco, no obstante que es un estado con mucho potencial, lo cual apenas ahora se está comenzando a hacer.

Y en el caso de López Obrador, cuando fue Jefe de Gobierno de la Ciudad de México cayó muy mal entre los empresarios turísticos de la capital que nombrara como secretaria de Turismo a Julieta Campos, una respetable intelectual esposa de Enrique González Pedrero, quien estaba más apta para tareas culturales o de programas sociales, ya que carecía de conocimiento en los temas turísticos. Y al parecer sigue igual, ya que rara vez se le ve en un acto del sector y no da entrevistas a la prensa.

En Sectur DF todos saben que quien en realidad maneja la dependencia es Carlos Mackinlay, cuyo cargo formal es el de director del Instituto de Promoción Turística del Distrito Federal. Él es quien siempre da la cara en los asuntos de la secretaría, aunque su labor no ha sido fácil, ya que ha tenido que fungir como secretario, pero sin tener todo el poder del nombramiento, lo cual obviamente lo limita.

Sin embargo, pocos tienen duda de que, en caso de que el PRD gane las elecciones presidenciales o con Marcelo Ebrard la Jefatura de Gobierno, Mackinlay jugará un papel relevante en el sector, ya sea a nivel federal o de la capital del país.

El sexenio se está acabando y han sido seis años más de menospreciar al turismo. Por eso hay que escuchar al secretario Elizondo cuando advierte que a México le urge una política de Estado en materia de turismo. Quizá el próximo sexenio sea la última oportunidad para hacerlo; después, cuando el petróleo se acabe, ya será demasiado tarde.

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Modificado el ( miércoles, 11 de junio de 2008 )
 
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