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Friends of Oaxacan Folk Art. Historias de ganadores PDF Imprimir E-Mail
escrito por Friends of Oaxacan Folk Art   
martes, 16 de julio de 2013
 2013 Julio 17

FRIENDS OF OAXACAN FOLK ART (FOFA)

HISTORIAS DE GANADORES

Dejar la carrera de Contador para dedicarte a las artes plásticas; que una editorial de Estados Unidos te encargue figuras talladas en madera para ilustrar libros para niños; o decidirte a no emigrar y vivir en tu pueblo para aprender técnicas milenarias y enseñarle a los niños sobre su propia herencia artística y “que aprendan de la tierra donde ponen sus pies y no de otras culturas”, son algunos de los logros que el concurso para jóvenes artesanos de FOFA ha alcanzado en Oaxaca.

Algunos de los logros obtenidos por los ganadores de los primeros dos concursos de Friends of Oaxacan Folk Art (FOFA) y el Museo Estatal de Arte Popular Oaxaca (MEAPO)

FERNANDO FELIX PEGUERO GARCIA: DE CONTADOR A ARTESANO

Fernando Félix Pegüero García es un joven que en el 2008, a los 20 años de edad, ganó en la categoría de cerámica, y desde entonces ha aprovechado todos los apoyos y tutorías ofrecidos por FOFA. Fernando comenzó haciendo figuras de barro cuando tenía 5 años de edad, al lado de su madre Alicia Leticia García Blanco, una ceramista que trabaja en el estilo figurativo en terracota, único en su pueblo de Santa María Atzompa. Es nieto de la famosa artesana Teodora García Blanco.

Para competir en el primer concurso de FOFA, Fernando creó una pieza detallada de 30 figuras del Día de Muertos, la boda de un charro y la catrina, y al ganar hizo posible su sueño de asistir al Taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo. Los tres meses de la beca original se ampliaron a seis meses, gracias a una generosa invitación del director de Taller, Maestro Mariano Pineda Matus, en asociación con FOFA. Esto le permitió a Fernando explorar no solo cerámicas, sino también otras formas de arte como la escultura, el dibujo y la pintura, lo cual le ayudó a que mejorara de una manera dramática y que diversificara su trabajo artístico. La instrucción en dibujo y escultura han mejorado su habilidad para capturar el movimiento y la emoción en sus figuras de cerámica.

En estos cinco años Fernando ha aprovechados otras oportunidades otorgadas por FOFA, como un curso de 12 semanas ofrecido en colaboración con el HUB, incluyendo clases de Inglés, mercadotecnia, innovación artística y habilidades en computación; y participó en los mercados de arte folklórico patrocinados por FOFA en 2008 y 2009 en colaboración con el Museo Estatal de Arte Popular Oaxaca (MEAPO).

En 2010, Fernando ganó el primer lugar entre 1500 competidores en “miniaturas” y fue premiado con el Premio Nacional de Cerámica en Tlaquepaque, Jalisco; también obtuvo segundo lugar en el Quinto Concurso Estatal de Natividades por su "Alegoría a la Muerte". Después de vivir estas experiencias como artista, Fernando decidió dejar su carrera profesional como contador -la cual no le gustaba mucho- para dedicarse por completo a las Artes Plásticas. Ahora está inscrito en el programa de la Universidad del Estado de Oaxaca en Artes Plásticas y Visuales, "Bellas Artes".

Al referirse a la trayectoria de Fernando, el Maestro Carlomagno Pedro Martínez, menciona que “este tipo de desarrollo de carrera es el objetivo central del proyecto FOFA: estimular a talentosos artistas emergentes a que continúen, y realzar su trabajo artístico”.

VICTOR JAVIER BUSTAMANTE HERRERA: APRENDER DE LA TIERRA DONDE PONEN SU PIES

Su habilidad para tallar la madera le ha permitido a Víctor Javier Bustamante Herrera ganar el concurso en 2011, tener el honor de recibir troncos de árboles milenarios para que sus manos los conviertan en arte, y forjar poco a poco su sueño de impartir clases de iniciación artística a los niños de su tierra, la lejana Miahuatlán.

Un joven filosóficamente reflexivo, a sus 27 años Víctor tiene esta perspectiva: "Siento que debo hacer el trabajo aquí. Necesitamos regresar a la manera de pensar, de observar la naturaleza, como lo hicieron nuestros antepasados. Es cuestión de regresar a nuestros orígenes. Son los niños los que harán cambios verdaderos. Si les damos materiales, ellos decidirán si lo quieren hacer o no. Ellos aprenden de la tierra en donde ponen sus pies, no de otras culturas. Si nuestra cultura es tan rica, tenemos que trabajar con esa cultura para que los jóvenes, a través de clases de iniciación al arte, puedan crear centros donde artistas nuevos puedan poner su marca… Si tan solo pudieran obtener la oportunidad, ellos valorarían su herencia."

A diferencia de otros competidores que vienen de familias con tradición artística y viven en los Valles Centrales de Oaxaca, Víctor es nativo de Miahuatlán, en la región sur del estado, y se hizo artista aprendiendo de diferentes maestros. Cuando se inscribió en el concurso de 2011, su propósito era ganar la beca para el Taller Rufino Tamayo, y cuenta que el vivir la experiencia de participar en el Taller “revolucionó” su cabeza.

“Fue un abrir de ojos estar con otros estudiantes universitarios durante el día, que continuaban trabajando en sus piezas durante la noche. Esto me hizo darme cuenta de que, si deseaba ser un artista serio, tendría que trabajar al mismo ritmo”, relata Víctor, y recuerda que fue un verdadero logro mantenerse en el Taller, pues no tenía el mismo nivel teórico como los otros estudiantes, y no podía asistir todos los días por la distancia entre Oaxaca y Miahuatlán, donde continuaba ganándose la vida.

La intención de Víctor es quedarse en Miahuatlán para continuar su trabajo artístico personal y transmitir a los niños lo que aprende. En sus palabras "Siento que debo quedarme a trabajar en Miahuatlán, es mi responsabilidad". Víctor ve éste como un lugar enriquecido por muchos maestros del  arte - trabajando en barro y lana - de los cuales puede aprender técnicas ancestrales. Estas siguen siendo practicadas en muchos pueblos distantes precisamente porque han sido aislados. Víctor citó varios ejemplos: gamuza hecha extremadamente suave al hervir una mezcla que incluye cerebros de animales, así como tejido con tintes naturales de flores.

RUBI FUENTES Y EFRAIN BROA: EL LEON CAPRICHOSO

Rubí Fuentes y su esposo, Efraín Broa, participaron y recibieron mención honorífica en el primer concurso de FOFA para artistas jóvenes en el 2008. Su presentación fue un león caprichoso de madera tallado por Efraín y pintado por Rubí. El trabajo obtuvo el interés de un escritor americano de libros para niños que visitaba la exhibición de los jóvenes competidores. Una réplica del león fue solicitada por el autor y ahora es la portada del libro de niños, Colores de la vida (Cinco Puntos Press 2011). El editor estuvo tan interesado por la figura del león, que la pareja va a hacer todos los tallados para otro libro bilingüe para niños, sobre ruidos de animales, que será publicado en el 2014.

La historia de Rubí y Efraín es única en el mundo del arte folklórico. Rubí viene de una familia distinguida de talladores de madera en San Martín Tilcajete. Su abuelo Xenén y su papa Epifanio son considerados miembros clave del comienzo del movimiento de talladores de madera. Sin embargo, Efraín, el esposo de Rubí, es del estado de Morelos y no nació en una familia de artesanos.

La pareja se conoció en Decatur, Georgia, en el 2000 cuando Rubí estaba trabajando como artista en residencia para la tienda de arte folklórico Mingei. Efraín estaba trabajando en Atlanta. Extrañando México decidieron regresar. La pareja se enamoró y poco después regresaron a Oaxaca para casarse dentro del complejo de la familia Fuentes. Rubí le enseñó a Efraín a tallar la madera con el machete. El rápidamente ganó la admiración de su familia por sus habilidades.

Modificado el ( lunes, 22 de julio de 2013 )
 
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