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Las Ventanas al Paraíso, lujo y excentricidad PDF Imprimir E-Mail
escrito por Gustavo Armenta   
domingo, 22 de diciembre de 2002

2002 diciembre 22

Exclusividad, lujo y excentricidad

En Los Cabos


SAN JOSÉ DEL CABO.
Recientemente, un nuevo escándalo estuvo a punto de estallarle en las manos al presidente Vicente Fox.

Durante la pasada reunión de APEC, la prensa se fijó en que, el jefe del Ejecutivo eligió hospedarse en el mejor hotel del lugar, que también está considerado como el mejor de América Latina y uno de los 10 mejores del mundo, cuyo precio diario suma varios cientos o miles de dólares, dependiendo de la habitación que se elija.

Se trata de Las Ventanas al Paraíso, propiedad de Javier Burillo Azcárraga, que se ubica en San José del Cabo, Baja California Sur, y es manejado por Rosewood Hotels & Resort, una operadora mundial que administra inmuebles sumamente exclusivos.

Este es un hotel boutique de tan sólo 61 habitaciones, cuya suite principal  tiene una superficie de 280 metros cuadrados y cuenta con tres recámaras, tres baños completos, área de comedor independiente, alberca privada y terraza.

En ella se hospedó el presidente Fox, en tanto que toda su comitiva ocupó los 60 cuartos restantes.

Su costo es de 3,500 dólares diarios, pero se puede contratar en paquete una suite de lujo con una recámara por siete noches con desayunos, además de cinco o siete cenas que incluyen una especial privada para dos personas; champaña y flores frescas a la llegada, masaje de 80 minutos para dos y yate privado por un día, entre otras cosas, por 18,900 dólares.

El incipiente escándalo se desactivó cuando Edward Steiner, director general del hotel, emitió un comunicado dando a conocer que se complacía en informar que Las Ventanas al Paraíso era patrocinador oficial tanto del gobierno de México, como de la APEC.

Es decir, las habitaciones eran gratis para la comitiva nacional, al igual que la comida para Jefes de Estado que se realizó ahí el último día de la reunión.

Así, aunque este resort es muy conocido en el mundo de las finanzas y entre quienes pueden pagar precios que van de los 575 a los 3,500 dólares la noche por una habitación, en temporada alta, este incidente lo llevó a niveles más populares donde mucha gente se está preguntado qué es Las Ventanas al Paraíso.

Para comenzar, podemos relatar una anécdota que delinea el perfil de esta categoría de hotel:

Para celebrar el cambio de milenio, Steiner ofreció un paquete de tres noches, que no incluía las comidas, pero sí la mejor suite, jet privado, limosina, champaña y fuego pirotécnicos en la noche de año nuevo, tan sólo por 250,000 dólares por pareja.

Él mismo lo cuenta: "No logramos venderlo, a pesar de que ofrecí a las agencias una comisión de 10%. Pero en cambió sí vendimos para esa fecha dos paquetes de 80,000 dólares cada uno, que adquirieron un estadounidense y un alemán".

Rápido ascenso

Este hotel abrió sus puertas apenas en julio de 1997 y en tan sólo cinco años ha acumulado una abultada lista de reconocimientos, que incluye en 1998 ser considerado por la revista Forbes como uno de los 20 mejores hoteles del mundo; en 1999 la publicación especializada en viajes, y una de las de mayor prestigio internacional, Condé Nast, la nombró el mejor resort de América Latina; en tanto que Hideways, de Alemania, lo clasificó como el número uno en todo el mundo.

En el 2000 repitió el nombramiento de Condé Nast y su Spa fue premiado como el mejor del año por los lectores de esta misma revista, además de otra especializada en Spas. Y el año pasado Robb Report lo nombró el mejor resort del mundo y Condé Nast como el mejor de todo el continente.

Edward Steiner explica por qué este hotel ha tenido tanto éxito en tan poco tiempo: "Desde su llegada, los huéspedes entran en una sensual atmósfera de lujo y placer, donde el espectáculo de la naturaleza lleva un papel protagónico.

"Los días transcurren disfrutando las riquezas naturales de Los cabos, que combinan el mar, las montañas y el desierto; jugando en el campo de golf adyacente y dejándose consentir en el Spa; disfrutando de una copa bajo una rústica palapa o un delicioso platillo de pescados y mariscos en el Sea Grill; observando el firmamento estrellado por el telescopio desde la suite, o pasando una velada inolvidable desde la terraza de su habitación.

"En Las Ventanas nuestros huéspedes se ven inmersos en el excelente servicio que caracteriza a Rosewood, que cobra vida en la escrupulosa atención a los detalles, la devoción al estilo, una sobria elegancia y un servicio personalizado incomparable".

Los detalles

Cuando Steiner habla de "servicio personalizado incomparable" se refiere a lo siguiente:

Cuando un huésped llega a cenar a El Restaurante, su principal centro de comida, y se le olvidaron los anteojos, de inmediato un mesero llega con una caja conteniendo lentes de diferentes graduaciones, para que el comensal use los que mejor le acomoden y así no tenga que ir hasta su cuarto por el objeto olvidado.

O, si un huésped bebe de más en la noche, cuando llega a su habitación se encuentra con una botella de damiana, acompañada de una nota firmada por Stenier, deseándole que descanse.

Otra más: desde su llegada estará sobre la cama una bata de baño y en el tapete unas pantuflas, ambas hechas a su medida precisa, porque desde que hizo su reservación se le pidió llenar un cuestionario con esos datos.

Y durante todo el año, junto a la alberca, que ha ganado premios de diseño porque parece fusionarse con el mar, siempre hay toallas húmedas y frías, paletitas heladas de té verde y sprays de agua Evián para rociarla en el cuerpo y así evitar que la piel se reseque, además de un despertador personal para que calcule el tiempo exacto que quiere tomar el sol, sin correr el riesgo de broncearse de más o quemarse la piel al quedarse dormido.

Además, en el trato de los empleados se nota que Steiner ha invertido y sigue invirtiendo importantes recursos en la capacitación de su personal, lo cual se refleja en el servicio más que eficiente de esos hombres y mujeres que, discretos, siempre están donde deben estar, observando a los huéspedes en espera de que alguien necesite algo para atenderle de inmediato.

Las Ventanas al Paraíso es un sitio extravagante, pero con un lujo sobrio en el más estricto sentido de la palabra: no le hace falta ni le sobra nada. Este hotel es una atmósfera de satisfacción y exclusividad que se puede tocar con la mano, un refugio para los sentidos, un luminoso objeto del deseo.

Por todo esto es que aquí suelen descansar los hombres y mujeres más ricos de México y el mundo, y también por todo esto uno se explica que Fox haya elegido hospedarse en este hotel y no en cualquier otro lado de Los Cabos.

DETALLES

*Desde la Ciudad de México son dos las aerolíneas que vuelan todos los días hacia Los Cabos: Aeroméxico y Mexicana de Aviación.

*Tenga cuidado a la hora de reservar, ya que no todos los vuelos son directos. Así que mejor pregunte y pida uno sin escalas.

*El acceso a este hotel está estrictamente restringido. Para ingresar, su nombre debe aparecer en la lista de huéspedes. Es difícil llegar directamente a tratar de contratar una habitación, por lo que se debe reservar con anticipación.

*Es posible cenar o comer aquí, aunque no esté hospedado en el hotel, pero también hay que reservar una mesa.

*Las Ventanas al Paraíso mantiene un promedio de ocupación anual por arriba de 90 por ciento.

*Si es aficionado al golf y tiene la agenda muy apretada, en este hotel los huéspedes pueden apartar el green fee hasta con tres años de anticipación.

*Las noches otoñales y de invierno suelen ser demasiado frescas para los mexicanos que estamos acostumbrados a que en la playa haga calor aun de noche, por lo que no está de más que en esta época en su equipaje incluya un suéter ligero.

*Si desea más información sobre el resort, puede consultar su página web: www.rosewood-hotels.com

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Modificado el ( jueves, 14 de octubre de 2010 )
 
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