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Las victorias pírricas en Oaxaca PDF Imprimir E-Mail
escrito por Gustavo Armenta   
domingo, 29 de julio de 2007

Ciudad Abierta

2007 Julio 29

Las victorias pírricas en Oaxaca


Contra viento y marea, el lunes pasado se llevó a cabo en la ciudad de Oaxaca la primera fiesta de la Guelaguetza de este año, en su sede tradicional: el auditorio del Cerro del Fortín.

Más que otra cosa, el que se haya logrado efectuar esta importante celebración étnica, cuando el año pasado tuvo que cancelarse, representa un triunfo político del gobernador Ulises Ruiz, quien pudo implementar la logística necesaria para que los militantes de la APPO no la impidieran de nuevo. Sin embargo, sólo se trata de una victoria pírrica del mandatario priista.

Porque lo realmente importante no era tanto que hubiera Guelaguetza, sino que ésta llegara con todas las bondades económicas que suele traer consigo: turistas nacionales y extranjeros y su derrama económica en la población. Pero no fue así.

El enfrentamiento del pasado 16 de julio entre miembros de la APPO y maestros de la sección 22 del SNTE, contra fuerzas policiacas que resguardaban el Cerro del Fortín, en el que hubo destrozos a inmuebles, autos incendiados, casi sesenta heridos y más de cuarenta detenidos, ahuyentó una vez más a los visitantes.

Sergio Bello Guerra, presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles de Oaxaca, ilustra con números concretos el daño causado esta vez: con la intención de viajar para presenciar la Guelaguetza este año, las reservaciones hoteleras para este julio alcanzaron hasta mediados de mes 85% de la oferta de cuartos de la ciudad, pero después de la reyerta y las amenazas de más trifulcas, la mitad fueron rescindidas.

Oaxaca es un destino consolidado en el segmento de congresos y convenciones, con alrededor de 45 eventos al año. En 2006 tenían confirmadas 52 de estas reuniones, pero la violencia de la APPO provocó que 50% fueran canceladas o pospuestas. Muchas de las postergadas se realizaron finalmente a lo largo de los primeros seis meses de 2007, pero la riña del 16 de julio motivó que las que faltaban fueran canceladas. Esto significa miles de turistas que ya no vendrán y dejarán en otro lado los 750 dólares que, en promedio, suele gastar un convencionista.

Recuento de los daños

Esta es, hasta el momento, la afectación de este año. Pero a doce meses de distancia, Bello Guerra tiene ya un recuento de los daños en 2006: cerraron 40 hoteles y han reabierto 36; el turismo es el segundo generador de empleos en la ciudad y se perdieron seis mil plazas indirectas y quince mil indirectas, de las cuales sólo se ha recuperado 35%, lo que afectó directamente a 10% de la población económicamente activa, sin tomar en cuenta en esta cifra a artesanos, productores de alimentos tradicionales, taxistas y guías de turistas, lo cual no está mal para el “presidente del empleo”, como se auto promovió Felipe Calderón durante su campaña electoral; y la emigración a Estados Unidos se incrementó 25%, con relación a 2005 y 2006.

En la segunda mitad del año pasado, la ocupación hotelera fue en picada, alcanzando su punto más bajo en septiembre con un alarmante 12%; en ese semestre, 350 mil turistas dejaron de visitar la ciudad de Oaxaca; en mayo de 2006, antes de que iniciara el conflicto, el número de visitantes había alcanzado niveles importantes, con más de 81 mil, lo que representaba un incremento de 5.4% con respecto al mismo mes de 2004; este año, en mayo llegaron poco más de 71 mil turistas, 12.2% menos que el año pasado.

El líder empresarial sostiene que la pérdida económica cuantificada en 2006 fue de 950 millones de pesos, lo que representó una baja de 38% frente a lo captado en 2005.

En el presente año, de enero a junio registraron una derrama turística 756 millones de pesos, lo cual, a pesar de estar 41% debajo de lo recibido en el mismo lapso de 2006, representaba una lenta recuperación, la cual se vio frenada con las cancelaciones de las últimas semanas.

De todo el año, Oaxaca únicamente tiene cuatro temporadas turísticas fuertes que duran unos cuantos días: Semana Santa, la Guelaguetza, Días de Muertos y las fiestas decembrinas.

Los prestadores de servicios turísticos y el comercio en general aprovecharon la primera, pero prácticamente han perdido la segunda, a pesar de que sí se está efectuando la Guelaguetza.

Ante esta situación, es comprensible el enojo de la secretaria de Turismo de Oaxaca, Beatriz Rodríguez Casasnovas, quien recientemente en una carta le reclamó, en un tono nada amable, al subsecretario de Operación de la Secretaría de Turismo federal, Francisco Madrid, que la Reunión Nacional de Funcionarios de Turismo, que inicia mañana, se vaya a realizar en Campeche y no en Oaxaca.

La funcionaria le afirma en la misiva que, para apoyar a Oaxaca, el titular de la Secretaría de Turismo, Rodolfo Elizondo, había aceptado desde el año pasado que algunas reuniones organizadas por la dependencia federal se redireccionaran a la capital oaxaqueña. Petición que se reiteró y apoyó durante una reunión de la Conago en el pasado Tianguis Turístico de Acapulco.

“Hoy nos extraña sobremanera que los acuerdos tomados en dicha reunión se olvidan o parece que Oaxaca no existe o que no representa el interés necesario para Sectur Federal”, le reprochó Rodríguez Casasnovas a Madrid.

Y así parece. Oaxaca se siente olvidada por el gobierno federal. El obstáculo para tenderle la mano parece ser Ulises Ruiz, pero aunque éste llegara a caer, lo cual ya se ve poco probable, la victoria del gobierno calderonista también sería pírrica, porque el costo habrá de ser muy alto: el sacrificio de la sociedad oaxaqueña, en aras de un juego político, por lo menos, amoral.

Por cierto, pregunté en la oficina de Francisco López Mena, director del CPTM, cuándo irá a Oaxaca y me respondieron que “No tiene contemplado ir, por el momento”.

 

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Modificado el ( jueves, 12 de junio de 2008 )
 
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