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Felipe Calderón y el sexenio del turismo PDF Imprimir E-Mail
escrito por Gustavo Armenta   
domingo, 11 de marzo de 2007

Ciudad Abierta

2007 Marzo 11

Calderón y el sexenio del turismo


Al contrario de Vicente Fox, quien sólo apoyó a la industria turística nacional en el discurso, el presidente Felipe Calderón en sus primeros cien días de gobierno ha tomado acciones que, por lo menos en principio, hacen pensar que ahora sí este sector de la economía tendrá el impulso, las facilidades y el reconocimiento que se merece.

La primera buena señal que mandó el Jefe del Ejecutivo fue la ratificación de Rodolfo Elizondo como titular de la Secretaría de Turismo (Sectur), cuando antes había dejado entrever que ésta podía ser una cartera negociable con la oposición; después accedió a una añeja petición de Elizondo: más presupuesto para la dependencia, al cual este año le aumentó 37%, en tanto que el Consejo de Promoción Turística de México, que dirige Francisco López Mena, recibió un incremento de 40%; además de que creó el Gabinete de Infraestructura y Turismo.

El respaldo que Calderón está mostrando hacia la industria turística no es casual ni responde a su cercanía política con Elizondo, sino que, por un lado, también al contrario de Fox, quien administró un sexenio de bonanza petrolera, el actual presidente recibe un gobierno con el mercado mundial del crudo a la baja, lo cual lo obliga a mirar hacia otras alternativas, entre las cuales el negocio de los viajes ocupa el primer lugar; y, por otro, al haberse auto nombrado durante su campaña electoral como el “presidente del empleo”, este lema le embona muy bien con el turismo, ya que éste es un gran creador de plazas laborales. Mientras más crezca la industria turística, más cumplirá el mandatario esta promesa de candidato.

Nace el Consejo Consultivo de Turismo

El propio Elizondo afirma que uno de sus mayores logros como secretario de Turismo en la administración foxista fue la creación de la Comisión Intersecretarial de Turismo (CIT), la cual anunció el entonces presidente en abril de 2004, durante la clausura del Tianguis Turístico, aunque no fue sino hasta finales de septiembre de ese año que se publicó el Acuerdo de su creación.

Pero sin un mayor apoyo posterior por parte de Fox y la creencia de los empresarios de que era una ventanilla de quejas –de lo cual se lamenta Elizondo-- la CIT se fue diluyendo, al grado de que todavía hace un mes el secretario ponía en duda su sobrevivencia. Y no estaba tan equivocado.

El martes pasado, en otro mensaje más a favor del turismo, Calderón encabezó en Los Pinos la Primera Sesión de la CIT durante su gobierno, convocando a los funcionarios de más alto nivel y a los representantes de la iniciativa privada.

Y, efectivamente, ahí el presidente anunció la desaparición de la CIT, pero no para olvidarse de ella, sino para reforzarla. En su lugar, dio a conocer la creación del Consejo Consultivo de Turismo (CCT), con el propósito de mantener activa la comunicación entre las dependencias públicas y los empresarios del sector.

Y, a manera de advertencia, adelantó que el Consejo sesionará cada cuatro meses, reunión que estará presidida por él, prometiendo no delegar su presencia a ningún funcionario; por lo tanto, ordenó a los miembros del gabinete que tampoco deleguen en nadie su representación.

Calderón también anunció otras medidas: incorporó a la Sectur al Gabinete de Economía y Competitividad, que se reúne cada ocho días. “Esto significa, entre otras cosas, que estaré atendiendo personalmente el tema del turismo con el secretario todas las semanas del año”, dijo; dio a conocer la apertura de una ventanilla única en la Secretaría de Turismo para agilizar trámites de autorizaciones que involucran a las diversas instancias del Gobierno Federal; e instruyó a las secretarías de Gobernación y de Relaciones exteriores para hacer mucho más flexibles y sensatas las medidas migratorias para los viajeros provenientes del Mercosur, especialmente de Brasil. Curiosos términos esos de “flexibles” y “sensatas”, aunque no especificó si significan quitar la exigencia de una visa para entrar a México.

Por último, precisó que este año el país gastará mil 200 millones de pesos en la promoción de México, lo cual es una cantidad sin precedente en este rubro.

Todas estas medidas tienen un objetivo fundamental: captar más turistas y motivarlos a que gasten más dinero por estadía para, finalmente, superar los trece mil millones de dólares que se captaron en 2006.

El presidente expuso que la actividad turística representa casi 8% del Productor Interno Bruto de México; es la tercera fuente generadora de divisas, después del petróleo y las remesas que envían los braceros; y es una herramienta eficaz en el combate a la pobreza y, “sobre todo, en la generación de empleos”, y que impulsa el desarrollo regional.

Por eso estoy decidido a hacer de esta Administración y de este Gobierno el sexenio del turismo. Trabajando juntos lograremos hacer de México uno de los destinos turísticos más visitados y, si es posible, uno de los cinco más visitados del mundo.

“Pero para ello necesitamos multiplicar y diversificar la oferta turística del país. El desafío que enfrentamos es hacer que el ecoturismo, el turismo de aventura, el turismo cultural, el turismo de naturaleza, el turismo religioso, el de convenciones, reporten tantos ingresos como el turismo de sol y playa”, explicó.

México ya es uno de los siete países más visitados del mundo y no sé si el presidente está consciente de que, tanto escalar dos posiciones más en el ranking mundial, como hacer que todos los demás productos que tenemos igualen en ingresos a lo que deja el segmento de sol y playa, el principal, por mucho, que tenemos, es una misión de muy largo plazo y prácticamente imposible en el mediano plazo. Sin embargo, es bueno ponerse metas muy altas, para alcanzar lo más posible.

Milenio Diario. Suplemento TornaVuelta

Modificado el ( martes, 11 de marzo de 2008 )
 
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