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Steiner va por la Riviera Maya PDF Imprimir E-Mail
escrito por Gustavo Armenta   
domingo, 03 de septiembre de 2006
Ciudad Abierta

2006 Septiembre 3

Steiner va por la Riviera Maya

Edward Steiner siempre es un personaje sorprendente. Cada vez que nos encontramos, lo cual no es muy seguido, tiene algo nuevo que contar, una noticia relevante que dar, un futuro para anunciar.

Después de año y medio de no vernos, la semana pasada cenamos, junto con un grupo de amigos, en Palmilla, el hotel que dirige en Los Cabos, para celebrar que minutos antes la revista especializada Alta Hotelería, cuyo director es Raúl Iriarte, lo había premiado como el mejor hotelero de México.

Desde que en 2003 renunció a la dirección de Las Ventanas al Paraíso, hotel de Los Cabos al que posicionó como el mejor de México y uno de los mejores del mundo, para irse a manejar el relanzamiento de Palmilla, una vez que lo compró el sudafricano Sol Kerzner, a Steiner se le veía presionado y hasta ahora, ya más relajado, platica por qué.

A principios de 2003 cerraron el hotel para remodelarlo y ponerlo al nivel de las otras propiedades de Kerzner que forman parte de One & Only, su marca de lujo. Y Stenier explica que, una vez que lo reabrieron ya como One & Only Palmilla, en febrero de 2004, el primer año le significó enfrentar un reto extraordinario.

“Yo tenía mi reputación en la línea de fuego”, dice. Y cómo no, si había dejado la comodidad de ser el número uno en Las Ventanas, para iniciar un nuevo proyecto con la consigna no sólo de igualar lo ya hecho con su antiguo hotel, sino de superarlo. Así, el camino por andar no era fácil y, aunque tenía mucho qué ganar, probablemente tenía más que perder. Nadie le perdonaría un fracaso y sus detractores estaban listos para refrendar la teoría de que del éxito alcanzado en Las Ventanas sólo le correspondía una mínima parte.

En los primeros días al frente de Palmilla, Steiner proyectaba una sensación de no pasa nada, todo va a salir bien. Pero hoy comenta que se encontró frente a una misión muy difícil por la imagen deteriorada que se tenía del hotel.

Palmilla fue el primer gran hotel de la zona, fundado hace más de cincuenta años por Aberlardo Rodríguez, homónimo de su padre que en los inicios de la década de los treinta del siglo pasado fue presidente interino de México durante dos años, en sustitución de Pascual Ortiz Rubio, en los tiempos del maximato de Plutarco Elías Calles.

Fue un hotel de lujo, frecuentado por las celebridades de Hollywood y los grandes políticos de la época, que sólo podían llegar en sus aviones o yates privados. Pero con el paso del tiempo fue decayendo, se vendió varias veces y surgieron en el sitio otros hoteles que lo superaron.

“El hotel tenía una tradición ya muy mala y había que hacer algo explosivo”, señala. Por eso fue que, recién reinaugurado, planearon festejarle en Palmilla su cumpleaños número cincuenta al actor John Travolta, fiesta que costó dos millones de dólares, pero que, ante la gran cobertura que hicieron los medios de información, sirvió para mostrar en Estados Unidos, su principal mercado, la nueva imagen de la propiedad. Lo que obtuvieron en difusión, superó por mucho el dinero invertido en la celebración.

Además, Steiner cambió las estructuras financieras y de personal del hotel.

“Pero en noviembre de 2004 explotó lo bueno. El 2005 fue un año fabuloso y 2006 terminará siendo extraordinario. Palmilla se posicionó ya en la mente de la gente”, cuenta. Y por primera vez habla del esfuerzo que le costó y, también por vez primera, lanza una crítica a su anterior empresa.

“No fue fácil desbancar a Las Ventanas”, confiesa y añade que le ayudó el hecho de que ya sin él al frente, ese hotel se volvió pretencioso y soberbio. “Palmilla ofrece una libertad espiritual que Las Ventanas no da; para sobrevivir se han vuelto elitistas”, asegura.

En febrero de 2004 me dijo que se daba dos años para convertir al One & Only Palmilla en el mejor hotel de Los Cabos y lo logró antes de ese plazo. Pronto comenzaron a llegarle los reconocimientos, de los cuales el más reciente es este “Premio Diamante” que recibió hace unos días.

Una de las formas de medir este éxito es la evolución de la tarifa promedio del hotel. Hace dos años y medio arrancó con una media de 514 dólares por noche y en la actualidad están en 800 dólares, lo que sólo se logra con una gran demanda que empuje los precios. Su meta a mediano plazo es alcanzar los mil 100 dólares para el año 2009, con la construcción de nuevas villas donde dormir costará entre ocho mil y nueve mil dólares diarios.

Steiner consolidó ya a Palmilla como el mejor hotel de México y ahora mira para adelante. Anteayer asumió el cargo de vicepresidente ejecutivo para América Latina y el Caribe de One & Only, con lo cual ya tiene bajo su mando el Ocean Club de Nassau y llevará a cabo los planes de abrir un hotel en Costa Rica, otro en el Caribe fuera de México y uno más en la Riviera Maya, donde realizarán una inversión de entre 96 y 140 millones de dólares, dependiendo del número de habitaciones que iría de 120 a 140.

Como siempre, muy a su estilo, Steiner puntualiza: “para el 2009 voy a tener el mejor hotel de la Riviera Maya”. Y, conociéndolo, seguramente así será.

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Modificado el ( lunes, 11 de febrero de 2008 )
 
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