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El riesgo de premiar a los hoteles Riu PDF Imprimir E-Mail
escrito por Gustavo Armenta   
sábado, 21 de junio de 2008

El riesgo de premiar a los hoteles Riu

MÉXICO, DF. La American Automobile Association, que en México dirige Tony Perrone, acaba de otorgarle Cuatro Diamantes a dos de los hoteles Riu que hay en Quintana Roo. Al parecer, algo está fallando ya en el viejo sistema de calificación de la AAA, que fue implementado hace 31 años, cuando se atreve a distinguir a una cadena hotelera tan desprestigiada, premiando a uno de sus hoteles en Cancún que es uno de los dos monumentales iconos de la mayor historia de tráfico de influencias y corrupción en ese destino.

La cadena Riu, de origen español, dirigida por los hermanos Luis y Carmen Riu Güell, tienen catorce hoteles en México, de los cuales tres se ubican en Cancún, cada uno de ellos con una historia turbia, pero que tiene qué ver una con otra.

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2008 Junio 22

Ciudad Abierta

El riesgo de premiar a hoteles Riu

Tradicionalmente, un premio viste a quien lo recibe, pero muchas veces quien lo recibe también ayuda a incrementar el prestigio del premio y lo hace aún más aspiracional para aquellos que desean obtenerlo.

La industria del turismo está llena de premios y reconocimientos, pero muy pocos vienen de agrupaciones o empresas serias y confiables en sus métodos de selección. La mayoría son trofeos “patito”, otorgados a discrecionalidad, según los intereses de los dueños de organismos sin representatividad o de empresas sin más afán que conseguir publicidad o unas vacaciones gratis.

Entre las pocas distinciones respetables que existen, se encuentran los Diamantes que entrega la American Automobile Association, mejor conocida como la AAA, y muchos consideran que éste es el mayor reconocimiento que se puede recibir.

Sus inspectores de campo viajan de incógnitos y, con base en una evaluación detallada, otorgan categorías de uno a cinco Diamantes o las niegan.

Los rubros que principalmente califican tienen que ver con limpieza, ambiente, amenidades y servicio. Cada año visitan miles de hoteles y restaurantes, pero únicamente el 0.27% de los establecimientos logran acreditarse los Cinco Diamantes, que es la máxima clasificación, en tanto que 3% alcanza cuatro.

La AAA, que en México dirige Tony Perrone, tiene una historia de muchas décadas y, por lo tanto, un prestigio que cuidar para que sus Diamantes se mantengan como el mayor premio de esta industria.

El desprestigio

Este año, en México la AAA calificó a 581 hoteles y repartió sus Diamantes de la siguiente manera: cinco, para el Grand Velas y Four Seasons, ambos en la Riviera Nayarit, así como The Ritz-Carlton de Cancún. Y cuatro, para el Grand Mayan, Vallarta Palace y Casa las Brisas, en Riviera Nayarit; igualmente que el Presidente InterContinental y Riu Palace Las Américas, en Cancún, además del Riu Palace México, en la Riviera Maya.

Y aquí empiezan los bemoles.

¿Porque, quién puede dudar que hoteles de la talla del Ritz-Carlton o Four Seasons sean de los mejores de México y acreedores a este reconocimiento? Son empresas sólidas, con tradición y una buena imagen pública ganada a través de los años.

Pero, por el contrario, cómo no dudar de que algo está fallando en el viejo sistema de calificación de la AAA, que fue implementado hace 31 años, cuando se atreve a distinguir a una cadena hotelera tan desprestigiada como Riu, premiando a su hotel en Cancún que, precisamente, es uno de los dos monumentales iconos de la mayor historia de tráfico de influencias y corrupción en ese destino de Quintana Roo.

La cadena de hoteles Riu, de origen español, dirigida por los hermanos Luis y Carmen Riu Güell, tienen catorce hoteles en México, de los cuales tres se ubican en Cancún, cada uno de ellos con una historia turbia, pero que tiene qué ver una con otra.

Muy cerca del Centro de Convenciones, uno al lado del otro se ubican el premiado Riu Palace Las Américas y el Riu Cancún, construidos de manera simultánea.

Durante la edificación de ambas propiedades, la empresa Riu violó una serie de ordenamientos legales, de construcción y ecológicos: contaminó, destruyó la playa, levantó más pisos de los autorizados, sobre densificó y tapó la vista al mar. Los edificios fueron levantados a los ojos de todo el mundo y ninguna autoridad se dio cuenta de las anomalías, hasta que aquello fue tan obvio que estalló el escándalo.

Ante las presiones, a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), que conniventemente se había hecho la disimulada, no le quedó más remedio que actuar. Pero, cuando intentaron clausurar las obras, fue el propio Juan Ignacio García Zalvidea, entonces presidente Municipal de Benito Juárez, demarcación donde se localiza Cancún, quien apoyado con policías impidió la clausura. De momento, nadie entendió esa actitud del alcalde, pero pronto se sabría. No mucho tiempo después, según afirman documentos del Senado de la República, Riu le compró a Fernando García Zalvidea, hotelero y hermano del presidente municipal, el hotel Gran Caribe Real, por el que le pagó 200 millones de dólares, cantidad que excedía el valor de la propiedad.

Hoy, el Gran Caribe Real es el hotel Riu Caribe.

Y cuando la opinión pública pugnaba porque fueran derribados los edificios, el mismo titular de la Profepa, que era José Campillo García, se opuso a la medida, y todo terminó con una multa de tres y medio millones de dólares y la demolición de un piso. Una bicoca.

Hoy el Riu Palace las Américas podrá presumir de ser un hotel de la misma categoría que el Grand Velas, por ejemplo, pero sus Cuatro Diamantes significan un raspón en el prestigio de la AAA.

Nunca me he hospedado en un Riu, así que desconozco qué clase de hoteles sean. Pero cada vez son mayores, en países como Canadá y los europeos, las exigencias de los consumidores por elegir para sus vacaciones empresas que tengan un compromiso con el medio ambiente. Y no sólo en el ámbito turístico: la mexicana Cemex acaba de perder la licitación para proveer el cemento para la construcción del parque olímpico de Londres, porque sus competidores demostraron tener procesos de producción menos contaminantes.

El mundo actual es diferente al de 1977, cuando la AAA estableció sus criterios de premiación. Por lo que se ve, hoy ya no resultan tan adecuados a los tiempos que se viven y bien haría en actualizarlos para no volver a caer en el riesgo de asociar su nombre a una compañía de tan dudosa reputación como los hoteles Riu, que han hecho de la depredación ecológica un modus operandi recurrente.

PIE DE FOTO: Hotel Riu Cancún.

Milenio Diario. Suplemento TornaVuelta

Modificado el ( martes, 01 de julio de 2008 )
 
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