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Palmilla, el mejor hotel de México PDF Imprimir E-Mail
escrito por Gustavo Armenta   
domingo, 28 de mayo de 2006
Ciudad Abierta

2006 Mayo 28

Palmilla, el mejor hotel de México

En julio de 1997, la familia Burillo Azcárraga abrió en San José del Cabo el hotel Las Ventanas al Paraíso y le dio la operación del negocio a Rosewood, quien nombró como director a Edward Steiner.

Bajo el mando de Steiner, Las Ventanas al Paraíso (LVP) se convirtió en un suceso que irrumpió en el ámbito de la hotelería más cara y exclusiva. En poco tiempo llegó a ser el número uno de México y uno de los mejores del mundo.

Para el Grupo Burillo resultó un gran negocio, en el cual apenas había hecho una inversión inicial de 37 millones de dólares. LVP se dedicó a acrecentar su fama y a transformarse en sí mismo en un destino dentro de Los Cabos, en Baja California Sur. Se volvió el hotel de los ricos y poderosos de este país y un sitio aspiracional para quienes no lo son tanto. A pesar de que dormir ahí vale miles de dólares, había que batallar para lograr una reservación.

En 2003 el magnate sudafricano Sol Kerzner compró Palmilla, el hotel de más tradición en Los Cabos, para integrarlo a su cadena de lujo One & Only. Empresario práctico, Kerzner preguntó quién manejaba el mejor hotel del lugar y lo contrató para que hiciera lo mismo con su nueva propiedad. Ese hombre era Steiner, quien dejó LVP para irse a manejar el proyecto Palmilla, con la consigna de desbancar a su antiguo hotel.

Kerzner cerró la propiedad y la remodeló a un costo de 90 millones de dólares. Con bombo y platillo la reinauguró, ya como One & Only Palmilla, en febrero de 2004, gastando dos millones de dólares en una fiesta por los 50 años del actor John Travolta.

Aunque al principio lo negó, por esos días platiqué con Steiner quien, finalmente, reconoció que sí, que su meta era hacer de Palmilla el mejor resort de México. Y no sólo eso, también tenía el objetivo de meterlo en el ranking internacional de los diez primeros del mundo. ¿En cuánto tiempo?, le pregunté, y él mismo se puso un plazo de dos años.

Ese término feneció en febrero pasado y hace unos días me envió un mensaje: había cumplido su promesa, en tiempo y forma.

Y, para demostrarlo, me mandó también la siguiente información: en 2004, la revista Condé Nast Traveler, que es algo así como la Biblia de los viajeros, reconoció a Palmilla como “El mejor resort de América Latina”. En octubre pasado, la edición en español de la revista especializada en viajes y turismo Travel + Leisure, otra de las publicaciones más importantes en el ramo, seleccionó a Palmilla como “El mejor hotel de México”, además de que ubicó a su restaurante “C”, entre los tres mejores del país.

Además, Condé Nast le refrendó en 2005 el título del mejor de América Latina, como resultado de una encuesta levantada entre 28 mil lectores de la publicación, según afirma la propia empresa.

Y, como pilón, hace unos días otra revista especializada, Baja Traveler, también reconoció a Palmilla como “El mejor hotel de lujo” en el estado, título que igualmente le concedió el año pasado. Asimismo, esta publicación afirma que otro de sus restaurantes, el “Agua”, es el mejor de Los Cabos.

Aún más, tanto el hotel como el restaurante “C” recibieron recientemente, por segunda ocasión, el reconocimiento “Five Diamond Award”, que otorga The American Academy of Hospitality Sciences.

Todo esto debe tener muy feliz a Steiner, porque es un hombre al que le gusta coleccionar premios. Él mismo en 2003 fue reconocido como uno de los tres mejores hoteleros del mundo, galardón que seguramente está tratando de refrendar.

Los errores de LVP

Y mientras todo esto sucede en Palmilla, poco se sabe de Las Ventanas al Paraíso. El éxito que alcanzó con Steiner fue tan grande, que pronto se volvió una propiedad codiciada. Así, en diciembre de 2003 los Burillo no resistieron la oferta de alrededor de 75 millones de dólares que les hizo la empresa texana JTL Capital, quien mantuvo a Rosewood como operadora.

Pero esta compañía en septiembre de 2004 vendió LVP a Ty Warner, sin que se revelara el monto de la transacción.

Para suplir a Steiner, Rosewood trajo desde Yakarta a Luis Fernandes, quien fue suplido en enero pasado por Andrés Araya.

Por lo visto, en los dos últimos años la salida de Steiner, la doble venta del hotel en menos de un año y el cambio de mandos por parte de Rosewood, permitieron que Palmilla les comiera el mandado. A esto hay que sumar el error de LVP de haber cancelado hace cinco meses el contrato que tenía con la agencia de relaciones públicas de Silvia Pendás, quien siempre hizo un buen trabajo para la empresa. Inclusive, la señora Pendás rechazó irse con Steiner, por lealtad a Las Ventanas.

Edward Steiner ha cumplido su palabra y Palmillas es ya el mejor hotel de México. Ahora habrá qué ver cuánto tiempo le lleva hacerlo uno de los primeros diez del planeta.

Milenio Diario. Suplemento TornaVuelta

Modificado el ( lunes, 11 de febrero de 2008 )
 
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