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El pago de seguros, razón y pretexto después de Wilma PDF Imprimir E-Mail
escrito por Gustavo Armenta   
miércoles, 23 de noviembre de 2005

2005 Noviembre 24

El pago de seguros, razón y pretexto después de Wilma

Cuando apenas iniciaba el recuento de los daños, más como una mera ocurrencia, que como producto de algún análisis de factibilidad serio, el presidente Vicente Fox obligó a los empresarios de Quintana Roo a comprometerse a tener operando en 80% de su capacidad la región afectada por el huracán Wilma, para el 15 de diciembre próximo.

Esta fecha, que se ha convertido en el día mágico para el relanzamiento de Cancún, surgió porque la segunda quincena de diciembre se ha tomado siempre como el banderazo de inicio de la temporada vacacional de invierno, una de las más lucrativas para la industria turística.

Los miembros de la iniciativa privada le habían dicho que podían tener listos los destinos en 60%, pero el Jefe del Ejecutivo, como en los mejores tiempos del priísmo omnipotente, les puso la vara alta: 80 por ciento.

A cambio les ofreció toda la ayuda gubernamental posible, que no ha sido poca, pero con la condición de que no hubiera despidos de personal. Quien no cumpliera con el trato, no gozaría de los apoyos oficiales. Y para darle mayor peso a su oferta, Fox dejó al frente de la reconstrucción a la máxima autoridad en la materia: su secretario de Turismo, Rodolfo Elizondo, quien se quedó a vivir dos semanas en Cancún junto con sus colaboradores.

Sin embargo, hoy sabemos que la meta impuesta por el Presidente de la República no se va a cumplir. Esta semana, Elizondo informó que, para el 15 de diciembre, Cancún quedará por debajo de 60%, aunque la Riviera Maya, que fue menos afectada porque abarca una extensión longitudinal de 120 kilómetros de playa, estará lista “entre 85 y 90 por ciento”.

Si promediamos el 60% de Cancún, con el escenario más alto de la Riviera, que es de 90%, el resultado es 75%, cinco puntos porcentuales por debajo del objetivo. Pero este cociente seguramente será menor, ya que, aunque Elizondo no se refirió a Cozumel, Isla Mujeres o Holbox, que salieron fuertemente afectadas, tampoco lograrán estar al 80% para la fecha marcada.

¿Jalaron parejo?

Aquí habría que preguntarnos de quién puede ser la culpa de que la meta no se vaya a cumplir. ¿De Fox, por haber dado un plazo de apenas mes y medio? ¿De los gobiernos federal, estatal y municipal? ¿De la iniciativa privada?

Por principio, pareciera que Fox se equivocó al pensar que era probable recomponer en 48 días cuatro quintas partes de los daños causados por el que el director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, John McCarthy, describió como el huracán más fuerte en la historia del Atlántico norte, de acuerdo con información del Centro Meteorológico de Miami.

Por su parte, el gobierno federal está seguro de estar haciendo un gran esfuerzo. Y no le falta razón. En la lista los apoyos oficiales al sector privado se encuentran: la exención de los pagos provisionales del Impuesto Sobre la Renta y el activo de octubre a diciembre; la posibilidad de pagar hasta el próximo año estos gravámenes del resto de 2005, en parcialidades, sin recargos y sin otorgar garantías; liquidar en 2006 el IVA de octubre a diciembre de 2005, en 11 parcialidades; 100% de deducibilidad a quien invierta en activos entre octubre de 2005 y junio próximo; 200 millones de pesos para la recuperación de playas; 10 millones de dólares para obras de infraestructura; conseguir un crédito de 500 millones de dólares con el Banco Mundial  y el Banco Interamericano de Desarrollo, para la rehabilitación de los hoteles; apoyo de la banca comercial y la de desarrollo para que fluyan los créditos; y un fondo de 3,400 millones de pesos de la Secretaría de Economía y Nacional Financiera, para las micro, pequeñas y medianas empresas.

Además, facilidades del IMSS para el pago de cuotas, diferidas y en abonos; postergación de pagos al Infonavit; tres meses sin intereses con la Comisión Federal de Electricidad; así como una campaña emergente de imagen y promoción que tendrá un costo de 10 millones de dólares, entre otras cosas.

Sólo faltan los empresarios. Y ciertos sectores del gobierno piensan que, si bien las grandes compañías han trabajo duro para tener listos lo antes posible sus negocios, también han adoptado una posición de que están dispuestos a cooperar de cualquier manera, menos abriendo la cartera.

El sentir de algunos es que la lentitud de las aseguradoras para pagarles a los dueños de hoteles, restaurantes, discotecas y centros comerciales, principalmente, ha sido razón pero también pretexto. Creen que la reconstrucción podría estar avanzando más rápido si los empresarios estuvieran dispuestos a financiarse ellos mismos, con recursos propios o recurriendo a los créditos que tienen a su disposición, dinero que recuperarían al cobro de las pólizas.

Las buenas intenciones de Fox se atoraron en las aseguradoras, que no pueden pagar sin una evaluación previa de daños. Elizondo dijo que las averías de las propiedades aseguradas ascienden a 17,400 millones de pesos, de los cuales las aseguradoras han dado adelantos, sin estar obligadas a ello, por mil 800 millones, apenas un diez por ciento.

Además, todavía faltaría cuantificar las pérdidas de aquellos medianos y pequeños negocios que no estaban asegurados.

El gobierno construyó Cancún y los hoteles en 1974 y, ya que fue un éxito, entonces los empresarios adquirieron los inmuebles, sin haber arriesgado sus capitales. Varios funcionarios creen que ahora la iniciativa privada local quiere que esa historia se repita en la refundación de Cancún que, a marchas forzadas, se hará el 15 de diciembre.

Milenio Diario. Sección Negocios

 
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