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¿Se abaratará Cancún después de Wilma? PDF Imprimir E-Mail
escrito por Gustavo Armenta   
miércoles, 02 de noviembre de 2005

2005 Noviembre 3

¿Se abaratará Cancún después de Wilma?

Para convencer a los turistas de México y el mundo de que el Caribe Mexicano será tan visitable este invierno como lo era antes del huracán Wilma, el gobierno federal invertirá en dos meses la misma cantidad de dinero que Cancún gastará en publicidad durante todo 2005.

A partir de pasado mañana, el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), a cargo de Francisco Ortiz, iniciará una primer campaña de relanzamiento de imagen, tanto dentro como fuera del país, para demostrar que Quintana Roo sigue siendo un destino idóneo para vacacionar.

Esta campaña, y las que le seguirán de aquí a finales de año, tendrán un costo de diez millones de dólares, monto similar al que la Oficina de Visitantes y Convenciones (OVC) de Cancún tiene presupuestado para promoción en el presente año.

Ninguna ciudad de México tiene un presupuesto tan alto para publicidad como Cancún y duplicarlo de golpe en el tramo final del año pudiera parecer excesivo a pesar de la emergencia. Sin embargo, el costo a futuro podría ser mucho más alto y prolongado si no se evita que los hoteleros caigan en el pánico que suele producirles tener las habitaciones vacías en plena temporada alta. Esto tiene su historia.

Los Cabos, en Baja California Sur, es el destino turístico más caro del país, el cual visitan poco los mexicanos. Su oferta de golf, yates, pesca y algunos de los mejores hoteles del mundo, la llenan con el mercado de la costa oeste de Estados Unidos, Europa y los nacionales pudientes.

Por eso, cuando el año pasado la cadena española Riu, que suele violar la normatividad ecológica y trabaja con el esquema de Todo Incluido, anunció que en 2005 abriría una propiedad en la plaza, los hoteleros de Los Cabos se preocuparon: no queremos que nuestro destino se cancunice, decían.

Al decir esto se referían a lo que sucedió en Cancún en 1988, cuando también era un destino casi inaccesible para nacionales por sus precios, luego de que sufrió severos daños por el paso del huracán Gilberto. Los turistas disminuyeron considerablemente y los hoteleros tuvieron que crear un pequeño tianguis turístico para incrementar sus ventas. Esta situación fue aprovechada por las operadoras mayoristas, que obligaron a los empresarios a bajar fuertemente sus tarifas, con lo cual el sitio se volvió accesible para el grueso del mercado doméstico.

Así, Cancún arrastró durante los siguientes años un bajo nivel de precios hoteleros, a pesar de la aparición posterior de hoteles como The Ritz Carlton o el JW Marriott, dos de los más exclusivos del lugar. Todavía hace un par de años, John McCarthy, director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, afirmaba que ese destino vivía un estado comatoso de tarifas.

Por eso, cuando en diciembre pasado Grupo Posadas abrió el hotel Aqua, con tarifas promedio de 393 dólares diarios, más impuestos, en temporada baja y de 549 dólares en temporada alta, muchos lo celebraron porque consideraron que era el regreso y el afianzamiento de las tarifas altas en Cancún.

Pero en eso estaban cuando hace unos días llegó Wilma y los destrozó.

El miedo al pánico

El turismo es la tercer industria en importancia en el país y Cancún es el principal centro turístico que tenemos. Según un informe de su OVC, el año pasado rompieron su récord de visitantes al llegar a 3.4 millones de vacacionistas nacionales y extranjeros, 11.3% más que en 2003, que dejaron una derrama de dos mil millones de dólares. Su promedio de ocupación hotelera también creció, al pasar de 69 a 73% anual.

Visto más ampliamente, todos los destinos de Quintana Roo, incluido Cancún, como Riviera Maya, Cozumel, Isla Mujeres y Chetumal, entre otros, recibieron en conjunto a casi once millones de turistas y recibieron 4,100 millones de dólares.

Es decir, ese estado aporta 37.8% ciento de las divisas turísticas del país, y solo Cancún participa con el 18.4 por ciento.

Algunos hoteleros señalan que para el invierno que viene, necesariamente tendrán que lanzar ofertas para motivar a la gente a vacacionar en Cancún, ya que muchos estarán pensando ir a otro lugar. Incluso, hablan de ofertas agresivas, pero advierten que deberán tener mucho cuidado para no iniciar una guerra de precios, porque todos saldrían afectados, ya que entonces el destino se abarataría continuamente.

No obstante, adelantan que esta situación es difícil de controlar, porque si cuando reabran los hoteles éstos se mantienen con una baja ocupación o vacíos, las tarifas se pueden ir al piso. Son muchos los hoteles y alguien se puede apanicar y comenzar una espiral de precios en descenso, dicen.

La situación puede ser muy grave si tomamos en cuenta que ya Cancún no figura entre los tres centros turísticos de playa del mundo con mayor nivel de ingresos por cuarto disponible.

Un estudio de la Secretaría de Turismo muestra que se ubica en cuarto lugar, luego de Los Cabos, Riviera Maya y Punta Cana, en República Dominicana. Los Cabos es el líder con 110 dólares por cuarto disponible en 2004, aunque en el año 2000 estaba en 114 dólares; le sigue la Riviera Maya, con 104 dólares; y Punta Cana, con 87 dólares.

En este aspecto Cancún ha sido inestable. En el 2000 promedió 90 dólares, en 2001 bajó a 84, en 2002 cayó a 78, en 2003 se fue hasta 66 y en 2004 repuntó a 79 dólares.

Por todo esto es importante la enorme inversión que hará el CPTM en tan corto lapso. Gastar 10 millones de dólares para evitar que se repita el fenómeno tarifario que dejó Gilberto y que Cancún se cancunice, puede ser poco ante tan grande riesgo.

Milenio Diario. Sección Negocios

 
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