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Veracruz sobrevive a Stan y a sus políticos PDF Imprimir E-Mail
escrito por Gustavo Armenta   
miércoles, 09 de noviembre de 2005

 

2005 Noviembre 10

Veracruz sobrevive a Stan y a sus políticos

Veracruz es el estado más prolongado de la República Mexicana, por lo que igual colinda con Tamaulipas al norte, que con Oaxaca, Chiapas y Tabasco al sur, pasando por San Luis Potosí, Hidalgo y Puebla en el centro del país. A lo largo de todo su territorio, al este tiene al Golfo de México. Esto dio pie a que los que nacieron en su capital, chauvinistamente hayan acuñado la frase de que es muy fácil nacer en Veracruz, pero el chiste es nacer en el Puerto.

Por razones lógicas de su ubicación geográfica, su municipio más norteño, Pánuco, poco se parece al de Las Choapas, el más sureño. Pero entre ambas entidades, Veracruz aglutina una variada gama de climas, ecosistemas, paisajes, arquitecturas, culturas e industrias. Esta conjunción de riqueza haría pensar que es uno de los estados más desarrollados turísticamente, pero no es así.

Más allá del Puerto de Veracruz, su ciudad capital, donde se concentran 4,100 cuartos de hotel, de los cuales 2,600 son de categoría cuatro y cinco estrellas, en el resto de la entidad se reparten 27,900 habitaciones más. Curiosamente, según afirma Faustino Siliceo, presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles, este es el estado qué más hoteles tiene, con mil 230, lo que da un promedio de apenas 26 habitaciones por hotel.

El sub aprovechamiento turístico de Veracruz queda ilustrado en el caso de Tlacotalpan, hermosa localidad famosa por ser la cuna de Agustín Lara, uno de los iconos de la música popular mexicana, que también se distingue por la arquitectura de sus casas y los vivos e intensos colores de sus fachadas. Tan peculiar es este poblado de apenas quince mil habitantes, que en 1998 la Unesco lo declaró Patrimonio Mundial de la Humanidad.

El mérito de esta distinción toma mayores dimensiones si vemos que, de las nueve ciudades que tenemos con esta clasificación internacional, sólo Tlacotalpan no es capital de un estado. Así, está a la altura de joyas urbanas como Campeche, Guanajuato, Morelia, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Zacatecas y el Centro Histórico de la Ciudad de México. O, a nivel internacional, de Toledo, Viena, Praga, Québec y Budapest, por citar unas cuantas.

Sin embargo, localmente no han sabido aprovechar este estatus, por lo que más que un destino objetivo, Tlacotalpan es para los turistas una curiosidad en la cual únicamente se quedan unas cuantas horas. Su oferta de alojamiento apenas suma 200 habitaciones, en cuatro hoteles y cuatro posadas, y 30 sencillos restaurantes, distribuidos la mayoría en la ribera del Papaloapan.

A nivel estatal, el problema inicia con la falta de una Secretaría de Turismo, ya que la dependencia encargada de esta industria es una subsecretaría de la Secretaría de Desarrollo Económico que, en sus políticas de segmentación, creó desde hace varios años diez circuitos turísticos. A Tlacotalpan simplemente lo publicitan como una de las ocho ciudades que forman parte de la ruta Los Primeros Pasos de Cortés, sin sacarle mayor jugo al potencial que tiene como Patrimonio de la Humanidad.

En tanto que, a nivel municipal, su alcalde, Hilario Villegas Sosa, tiene una idea anémica de lo que es el turismo, al grado que cree que Fonatur es el organismo encargado de la promoción turística del país y que un atractivo para tener más turistas puede ser ofrecerles lo que él llama comida exótica, que incluye especies en peligro de extinción, como la tortuga blanca.

El funcionario habla de que uno de sus objetivos en la materia es lograr que los visitantes por lo menos se queden una noche, pero no tiene claro cómo lograrlo, empezando porque en Tlacotalpan únicamente tienen tres o cuatro empresas receptoras de turistas. Esta situación se agrava, afirma el presidente municipal, porque Mexicana de Aviación domina la plaza de Veracruz y sus tarifas son muy altas, dificultando que su flujo de turistas pueda ser mucho mayor.

Otro de los problemas de Veracruz es que, a través de los años, más que aprovechar su potencial turístico para detonar polos de desarrollo, en varios casos ha sido más utilizado para negocios personales. Por ejemplo, funcionarios de la pasada administración estatal, a cargo de Miguel Alemán, así como de la presente, coinciden en afirmar que el máximo evento turístico inventado por la anterior administración: Cumbre Tajín, no fue más que el negocio de unos cuantos. Afortunadamente, ya están a punto de crear la secretaría del ramo.

El daño mediático de Stan

Para mala suerte del nuevo gobierno, que apenas tiene un año, encabezado por el priísta Fidel Herrera Beltrán, a principios de octubre les pegó el huracán Stan, entrando por el Puerto y Boca del Río, el cual dejó inundaciones en estos dos sitios.

El recuento final en la capital fue de casi 22 mil afectados. Pero el daño mayor del que se quejan fue el mediático. La televisión y los periódicos mostraron imágenes de colonias inundadas y eso ahuyentó a los turistas. En Tlacotalpan, las cancelaciones de grupos que pensaban visitar la ciudad fue de 50%, cuando en realidad el meteoro ni siquiera llegó ahí; mientras que en el Puerto y Boca del Río, las cuales están conurbadas, ni los hoteles ni las partes turísticas se vieron afectadas. Al contrario de lo que sucedió en Quintana Roo, aquí la emergencia no llevó a cancelar vuelos.

Con sus propios recursos se levantaron y hoy invierten un millón de pesos en imagen para hacer saber que están bien. Inclusive, sin ser un puerto para cruceros, están recibiendo parte de los que no pueden llegar al Caribe.

Milenio Diario. Sección Negocios

 
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