Ciudad Abierta

2006 Abril 23

Las razones de Magdalena Carral

Magdalena Carral da la impresión de ser un mujer rígida, de carácter fuerte y un tanto hosco. Pero sólo es apariencia, resultado de ser alguien acostumbrado a mandar. En realidad es una economista del ITAM sumamente educada, de ideas firmes y un fuerte temperamento que, de ser una exitosa ejecutiva, la han llevado a ser una funcionaria de alto nivel con delicadas encomiendas en el gobierno federal.

Cuando a mediados de 2002 el entonces secretario de Gobernación, Santiago Creel, su amigo de muchos años, le llamó para ofrecerle ser la Comisionada del Instituto Nacional de Migración (INM), en primera instancia rechazó la oferta, porque pensó que era un cargo para un policía. Pero Creel le insistió, explicándole que precisamente quería cambiar ese perfil policiaco de Migración, y ella lo consultó con tres de sus mejores amigos. Fernando Solana y Luis Téllez la desanimaron, pero el tercero, Fernando Solís Cámara, quien había pasado por ese puesto, le dijo que no se perdiera la oportunidad. Y aceptó.

Ahí estuvo tres años exactos y su principal legado fue haber implementado el Sistema Integral de Operación Migratoria, que colocó a México a la vanguardia mundial en el control informático de flujos migratorios, además de que durante su administración el INM fue designado órgano de seguridad nacional.

Carral venía de ser presidenta y directora general de Edelman México, filial de la empresa independiente de Relaciones Públicas más grande del mundo. Ella logró que, por primera vez, una compañía de este giro ingresara en la lista de las 500 empresas más grandes del país.

Todos los extranjeros que llegan a México pagan un Derecho de No Inmigrante de veinte dólares, dinero que, por ley, se reparte a mitades entre el INM y el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), pero ella tuvo que luchar contra los intentos del secretario de Turismo, Rodolfo Elizondo, por quitarle una parte de lo que le correspondía.

Ella conocía a Elizondo de años atrás y por eso no le extrañó que a finales del año pasado le ofreciera manejar el CPTM. A su llegada a esta dependencia, en enero, concitó el enojo de los empresarios turísticos al afirmar que no pelearía una tajada mayor del DNI.

Los argumentos

Le pregunto por qué de esa posición, si va en contra de los deseos de su jefe Elizondo, de las demandas del sector privado y hasta de las órdenes del presidente Vicente Fox. Y, con la experiencia de haber dirigido también el INM, me expone sus razones:

Está convencida de que si no tenemos aparatos migratorios modernos y eficientes, no hay promoción turística que valga, “porque tenemos ahí cuellos de botella y ponemos en riesgo la seguridad de nuestro país”.

Añade que el INM sólo podría sobrevivir sin el DNI si el Gobierno Federal le asignara un presupuesto para que tuviera los fondos necesarios para operar como nuestros principales socios comerciales. “En el contexto internacional, la tendencia hacia esquemas más seguros de viaje llegó para quedarse”, asegura.

También advierte que no podemos estar en México, el octavo receptor de turistas en el mundo, sin un sistema migratorio fuerte, moderno y eficiente.

“Entonces, yo no argumentaría ni creo que sea el momento de dar esa batalla porque, además, se tiene que cambiar la Ley Federal de Derechos; yo nada más pondría en la mesa la necesidad de contar con presupuestos razonables y suficientes para que cada dependencia haga lo que le toca hacer, tanto en promoción como en la parte migratoria”.

Además, explica que un derecho se cobra por un servicio y el DNI no lo podría cobrar la Sectur porque no es una entidad que provea un servicio, tiene que ser por los servicios migratorios; esa es la justificación del gravamen.

Sus argumentos resultan convincentes; no obstante, le digo que da la impresión de que sigue pensando más como Comisionada de Migración, que como directora del Consejo.

“Fíjese que no. Es nada más que tengo la fortuna de haber vivido los dos lados y en Migración toda mi gestión estuve apoyando al sector turístico, quizá por eso me encuentro ahora de este lado; yo siempre tuve una preocupación para darles a los turistas una entrada más ágil, más fácil, y hacer todo el proceso de las visas y de los puntos de internación a nuestro país, más amable y eficiente”, me refuta.

Tal vez hubiera valido la pena que Carral estuviera un mayor tiempo al frente del CPTM, pero le tocó llegar en el último año del sexenio. Por esta razón es que para los once meses que durará su gestión, tiene objetivos precisos: el primero era organizar el Tianguis Turístico, que ya realizó con éxito a finales de marzo; pero el más importante es llevar a cabo las licitaciones para las agencias de relaciones públicas y publicidad, donde están en juego contratos por decenas de millones de dólares y a los cuales les hizo modificaciones para tener un manejo más ágil de toda la operación.

Habrá que conceder. Magdalena Carra es una funcionaria casada con sus ideas, pero también es una mujer de argumentos.

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