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Huatulco, el pariente pobre de Cancún, se sacó la lotería PDF Imprimir E-Mail
escrito por Gustavo Armenta   
miércoles, 30 de abril de 2008

Ciudad Abierta

Huatulco, el pariente pobre de Cancún, se sacó la lotería

Este 25 de marzo, en las orillas del campo de golf Tangolunda, junto al mar, el presidente Felipe Calderón mando muy claro el mensaje: Huatulco es a partir de ese día el gran proyecto turístico de su sexenio.

Huatulco, el último de los cinco Centros Integralmente Planeados (CIP) con los que Gustavo Díaz Ordaz soñó con convertir a México en una potencia turística, construido hasta el sexenio de Miguel de la Madrid, dejará de ser el fracaso que siempre ha sido, para ser llevado a las alturas de sus exitosos hermanos: Cancún, Los Cabos, Ixtapa. O al menos ese es el objetivo. No en infraestructura, no en cantidades de hoteles ni de cuartos, pero sí en cuanto a porcentajes de ocupación.

Ahora, por decisión presidencial, Huatulco será el destino favorito de México, donde pondrán toda la carne al asador: hoteles, carreteras, infraestructura. Hasta el momento, ya son varios los intentos fallidos por sacar a esta playa oaxaqueña de su estado comatoso, derrotas que se han cargado a la cuenta de gobernadores, secretarios de Turismo y directores de Fonatur. Pero esta vez no pueden fallar, porque sería el Presidente de la República quien cargaría con el muerto.

No será fácil y una saga de anécdotas ilustra su malograda trayectoria.

1. En su etapa inicial se previó que se construirían mil 300 cuartos de hotel. Actualmente, a 21 años de distancia cuenta con 2,500 y en noviembre de 2001, cuando cerró el Club Med, su inventario bajó a dos mil habitaciones.

2. John McCarthy, el anterior director de Fonatur, afirmaba que el Fondo tenía dos niños muy enfermos: Huatulco y Loreto.

3. El sexto CIP se construyó en el gobierno de Vicente Fox: Litibú, en la Riviera Nayarit. En junio de 2006 Fonatur subastó los terrenos de Litibú y, pensando que los iba a vender como pan caliente, se les ocurrió “amarrar” la compra de un terreno en el nuevo desarrollo a uno en Huatulco. Pero nadie compró nada. A las dos horas tuvieron que quitar el amarre y entonces sí se vendieron casi todos los predios de Litibú. Hubo quien pagó hasta 2,206 pesos por un metro cuadrado en Nayarit, pero se negó a pagar 134 pesos por metro cuadrado en Huatulco. Ni regalados los querían entonces. Cuando le pregunté a McCarthy cómo le había ido con la subasta, con una voz muy apagada simplemente me dijo: “Huatulco no salió”.

4. José Murat, el anterior gobernador de Oaxaca, llevó a Huatulco a decenas de empresarios para que se animaran a invertir, pero no lo consiguió. Inclusive, él mismo, cuando se le antojó tener un hotel, mejor lo puso en Puerto Escondido.

5. McCarthy también trajo al país a varios inversionistas extranjeros. Les mostraba Huatulco, Loreto, Los Cabos, Ixtapa. A varios les gustó Huatulco, pero cuando preguntaban cuántos cuartos tenía y cuántos vuelos había, se decidían por los dos últimos.

6. Cuando Fonatur determinó deshacerse de las casas de visitas que tenía en los CIP´s, le vendió la de Huatulco a Ricardo Salinas Pliego y aceptó que le pagara la mitad con unos cuantos anuncios en TV Azteca. Tal vez haya sido porque nadie se interesó en la propiedad. Eran los tiempos de McCarthy.

7. Desde que llegó a la Secretaría de Turismo, en agosto de 2003, Rodolfo Elizondo se propuso revivir a Huatulco. Lo primero que hizo, a cinco días de haber asumido el cargo, fue ir a Oaxaca para reunirse con Murat y empresarios locales. Ahí, desde entonces, les dijo que ya había platicado con el presidente Fox y se comprometió a relanzar el destino. Pero Fox le dio puro apoyo de saliva y el intento fue un fiasco.

8. Felipe Calderón acostumbraba vacacionar en Huatulco. Ya no va tan seguido, porque ahora que es presidente “se me ha complicado mucho poderme mover a cualquier lugar”, dice. Pero si Miguel Alemán le agarró cariño a Acapulco y Luis Echeverría a Cancún, pues el gusto de Calderón por Huatulco es lo que ahora, al parecer, acabará con su mala suerte. Se sacó la lotería.

Revista Latitud 21

 
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