Menu Content/Inhalt
 
Inicio arrow Libros arrow Celestún, un espectáculo aparte
Advertisement
Celestún, un espectáculo aparte PDF Imprimir E-Mail
escrito por Gustavo Armenta   
martes, 15 de julio de 2003

2003 Julio 15

Celestún, un espectáculo aparte

Celestún. La Ría Celestún es como una laguna de espesa agua verde que al reflejar el sol toma un tono eléctrico. Forma un verde mar sin horizonte que termina en el manglar, también verde. Todo es verde y sólo hay azul en el cielo mientras se recorre en lancha.

La monotonía monocromática se rompe de repente cuando a lo lejos comienza a vislumbrarse otro horizonte: el breve y rosa que forman los flamencos rosados.
Ya de cerca, complementan y con centro del espectáculo de la naturaleza endémica de esta región de Yucatán. No son tan grandes como había imaginado. Miden alrededor de un metro de alto y con las alas extendidas pueden ser más anchos que largos.
Las parvadas son pacíficas y no hacen caso de los turistas. Son vivos signos de interrogación que parecen representar perennemente una coreografía largamente ensayada, sin más ocupación que patear el agua buscando esos pequeños camarones llamados mirlos, que contienen caroteno, que los alimenta y les da el color que los vuelve tan valiosos.
Cuando vuelan, lo hacen como todos los pájaros: en fila, siendo todos uno en sus movimientos. Más que volar, planean sin elevarse mucho del agua y a ratos rasean. Lo realizan con tal majestuosidad, que verlos manchar de rosa el azul del cielo, ya valió el boleto.
Revista 7Cambio  
Modificado el ( lunes, 07 de enero de 2008 )
 
< Anterior