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Park Hyatt París Vendome. Su restaurante Pur'Grill recibe una estrella Michelín PDF Imprimir E-Mail
escrito por Hyatt   
domingo, 18 de mayo de 2008

Boletín de Prensa

PUR’GRILL, UNA ESTRELLA HA NACIDO EN PARK HYATT PARIS - VENDÔME

El lunes 3 de marzo, en su nueva edición de 2008, la Guía Michelín ha galardonado, una vez más, los Mejores Restaurantes en Francia con sus prestigiosas estrellas.

Pur’Grill, el restaurante gastronómico de Park Hyatt – Paris Vendôme, recibió su primera estrella; un premio que reconoce el talento de su chef, Jean-François Rouquette y de todo su equipo.

En los últimos dos años, el Chef Jean-François ha ido creando y formando la personalidad de este restaurante con la ayuda del Chef de Repostería Jean-François Foucher, quien ha dado su propio toque personal a sus dulces delicatessen. Ambos, ofrecen durante todo el año una gastronomía innovadora y atrevida, asegurando que sus creaciones sean elegantes, refinadas y mantengan el prestigio de Park Hyatt  Paris – Vendôme.

El ambiente de Pur’Grill, un ambiente discreto y cálido gracias a sus paredes de caoba y sus obras de tinta china junto con su cocina abierta, han sido la inspiración de Ed Tuttle, el arquitecto de interiores del Hotel.

Arnaud Duhem, Director de Alimentos & Bebidas de Park Hyatt, ha profundizado y enfatizado esta inspiración en su elección por una porcelana exclusiva, un color y diseño únicos, creado por Jean de Chrome, tan bien como su decisión por una vajilla de plata original y contemporánea, creando una auténtica experiencia sensorial durante las cenas.

Pur’Grill abre, todas las noches de la semana, subiendo el telón para deleitar a los comensales con un auténtico espectáculo. La cocina diáfana permite que el cliente pueda compartir la exhibición que ofrecen los cocineros con sus fogones; un verdadero arte de la gastronomía.

El servicio personalizado y discreto, dirigido por Laurent Debray, responsable de Pur’Grill, es una contribución al ambiente, y acompaña a la alta cocina del Chef para ser una verdadera y exquisita maestría.

Una experiencia única para aquellas veladas que se sirvan en la Mesa del Chef, compartiéndolo con él mismo.

El talento del Chef Jean-François destaca a lo largo del día, desde los desayunos servidos en el Restaurante Orchidées, donde se alza una cúpula de cristal que cautiva y muestra el cielo parisino, o Terrassa, con sus olivos, donde el cliente puede deleitarlo desde el comienzo de la primavera.

Park Hyatt Paris – Vendôme quería cambiar la vida del Hotel; y el Chef Jean-François y su equipo han innovado con gran éxito su cuisine y su servicio; y hoy, Pur’Grill es reconocido, por este gran reto, con su primera estrella Michelín.

Jean-François Rouquette, un arte culinario personalizado

“Me gusta que mi cuisine sea deliciosa, genuina y que confirme mi toque personal”. Los platos que se degustan en Pur’Grill reflejan esta filosofía. Jean-François Rouquette llegó a Park Hyatt Paris – Vendôme en octubre de 2005 y se le otorgó total libertad desde un principio. Él quiso ir más allá de la idea de una cantina clásica para ofrecer a sus clientes una gastronomía apreciada por: su mezcla auténtica, sus productos naturales, y por el compromiso del propio Chef “Cuando soy creativo busco la inspiración desde mi imaginación, mis raíces personales, mis sentimientos más profundos”.

Su pichón acompañado de turrón, remolacha verde y blanca, salsa de cebolla caramelizada y una emulsión de zumo de vegetales resume su visión de arte culinario. “Me encanta comenzar con materias opuestas y lograr un resultado impresionante y poderoso” afirma el Chef. Esta tendencia busca un estilo y energía para determinados platos, sin caer en la trampa de una belleza y de un gusto, ambos, injustificados. “Me gusta el riesgo pero al mismo tiempo, tengo que tener mi mente en mis clientes” comenta Rouquette, amante del espíritu en equipo.

El sentimiento de compañerismo se encuentra en su cocina y en la “Mesa del Chef”, en este último cada plato es preparado de acuerdo a los gustos del cliente si éste lo desea. Es una manera de confirmar su desafío decidido e identificable.

Para este joven Chef, procedente de Aveyron y cuya infancia la pasó en la cocina del restaurante de sus padres cerca de Enghien les Bains, el arte culinario le surgió de manera natural. Cuando comenzó su aprendizaje a los 17 años, quiso independizarse y descubrir cosas por él mismo.

Después de trabajar en varios restaurantes fuera de París, decidió probar en Crillon, donde estuvo bajo el mando de Jean-Pierre

Bonin. “En ese momento, trabajaban 90 personas en la cocina, el ambiente general era más bien un campo militar que una cafetería familiar”, explica él. A pesar de esta situación, continuó en Crillon aprendiendo:

su estricta disciplina y cómo utilizar productos muy exclusivos. Tuvo que hacerse valer por si mismo, ser creativo y respetar la jerarquía. “Después de un año de completa formación, nosotros parecíamos exmilitares” comenta.

Jean-François Rouquette estuvo allí más de 2 años, y posteriormente continuó su formación en Grand Véfour y en Martinez (Cannes). Aprendió una cuisine más contemporánea gracias a Christian Willer, un método culinario basado en la rapidez, emulsión y fusión. Fue un cambio completo para él, quien amaba las mezclas suaves y los colores básicos; y tenía antipatía por la extravagancia.

Volvió a Crillon, pero esta vez el restaurante estaba dirigido por Christian Constant y había cambiado totalmente. Eran otros tiempos, otra manera de crear el arte culinario y le dejaron una huella imborrable a este joven Chef. El ambiente era agradable y acogedor, y donde Constant delegaba a sus jóvenes Chefs (Eric Fréchon y Yves Camdeborde). “Fue acogedor” recuerda Jean François.

Después de su experiencia junto con Christian Constant, quiso probar su propio estilo trabajando en un restaurante de 3 estrellas. Comenzó en Taillevent, y durante 6 años pasó su tiempo viajando por todo el mundo promocionando la imagen del restaurante. Este nuevo reto fue un gran salto en su carrera profesional logrando el puesto de Asistente de Chef en Crillon, donde adquirió conocimientos de dirección.

Con esta gran proyección, fue Chef en Cantina des Gourmets, donde pudo expresar su propio estilo culinario lleno de color, luz y connotaciones mediterráneas. Crème Brulée, foie gras de pato asado, atún ruibarbo, “cuasi” de ternera y chorizo, y gambas con vinagreta de coral, fueron su sello. Dominó la gastronomía baja en calorías sin cremas ni mantequilla, optando por salsas light y exquisitas, y emulsiones con sabor.

Hoy, Jean-François Rouquette continúa expresándose él mismo a través de sus creaciones originales, y persiste en la búsqueda por una gastronomía creativa, audaz y personal; buscando belleza, autenticidad y sensibilidad con total precisión.

El Principito de la pastelería

Jean François Foucher es un ejemplo claro de la nueva generación de pasteleros con éxito y talento.

Modesto y sensible, sus creaciones son delicadas y dinámicas. Aunque todos los días crea nuevos dulces exquisitos, nunca ha perdido el contacto con el exterior, con sus colaboradores, las nuevas tendencias…

Acepta su sensibilidad y la fuerza vital que desprende.

Él comenzó su aprendizaje a los 16 años, pero dió su primer paso cuando desde joven empezó su carrera profesional en el mundo de la repostería en Burdeos trabajando para “Antoine”. Después siguió adquiriendo experiencias en Alain Chaplain, donde aprendió la disciplina estricta requerida para un restaurante de 3 estrellas; y en Jean Badet, otro momento decisivo y con una nueva visión. El gran estilo de este maestro, le ha llevado al camino de la innovación.

Nuevos desafíos le esperaban. Descubrió un mundo nuevo cuando trabajó en las islas caribeñas, donde aprendió a diferenciar con precisión la gran variedad de especies y sabores de frutas tropicales. En Washington, en Lespinasse, en cuyo lugar “excelencia” es la palabra clave, hizo pasteles con los mejores ingredientes del mundo. En Japón, adquirió la habilidad de mejorar con componentes y recetas, eliminando aquellos que no eran esenciales para sus postres.

En la inauguración de Park Hyatt Paris – Vendôme en agosto de 2002, Jean François Foucher participó en este importante evento. Su experiencia en el extranjero, sus numerosos contactos y su don de invención le garantizan su éxito. Su sed por conocer y mejorar el arte de la repostería nunca le ha saciado. “En París”, dice de una manera reflexiva, “La competición es feroz en cualquier parte del mundo. Yo siempre he sentido esta presión, la cual es casi tangible”.

Su primer postre le lleva a un intervalo entre la experiencia pasada y las necesidades futuras: 4 sorbetes de cítricos servidos con caramelo picante, manifiestan el espíritu inquieto, al compás de un arte gráfico y una creatividad dinámica, de un hombre seguro de sí mismo y crítico; un salto a su madurez.

Uno de sus últimas creaciones titulada “Mon Univers Chocolat” transmite lo más profundo de su corazón:

un toque de travesura en sus postres, gran profesionalidad por introducir toffe derretido, limón verde sablé y crema de chocolate con una esfera de chocolate, y una intensa sensibilidad por juntarlo con la flor violeta.

“Tengo mi propio mundo”, afirma con media sonrisa. Presenta una sensibilidad masculina ligada con la femenina, en particular porque la mayoría de su equipo son mujeres que participan en lo que él crea, deleitando con un diseño final y un deseo de trabajar con asombrosas combinaciones. Su arte culinario esta servido “sobre ruedas”, un detalle que marca su habilidad creativa. “Nosotros tuvimos que terminar con la eterna tradición de servir el postre en el plato y optar por una nueva manera de servir los caprichos del clientes en sus platos. Por eso, yo he creado este carrito, dando un toque honorífico a nuestros postes para ir mas allá de una gran elección tentadora”

Siempre buscando nuevas ideas de fuera, Jean François Foucher es un gran admirador de: Pierre Hermé por las incomparables creaciones que diseña; de Philippe Starck por su visión de las cosas; y de Frantz el florista porque reconoce que “Me hubiera gustado ser florista si no hubiera elegido el ser pastelero”.

Además, admira Blaise Mautin (el perfume del Hotel) por su trabajo con los aromas. Por ello, cabe mencionar, como broche de cierre a su excepcional innovación en el mundo del dulce, algunos de los orígenes de su inspiración en: la gelatina de manzana vaporosa y dulce de leche, una ligera creación vanguardista titulada “Non Ocupable”; en una caña de azúcar revelando el misterio y el atrevido equilibrio entre una galleta al ron o una gelatina al “hibuscus”; o en macarrones con una extravagante selección de fragancias haciendo mención a los perfumes.

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