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Acapulco. Programa de Saneamiento de la Bahía. Discurso de Felipe Calderón PDF Imprimir E-Mail
escrito por Presidencia de la República   
jueves, 22 de mayo de 2008

El Presidente Calderón en el Programa para el Saneamiento Integral de la Bahía de Acapulco

Viernes, 23 de Mayo de 2008 | Discurso

Acapulco, Guerrero.

Gracias amigos, muy buenas tardes.

Señor contador público Zeferino Torreblanca Galindo, Gobernador del Estado de Guerrero.

Señor ingeniero José Félix Salgado Macedonio, Presidente Municipal de Acapulco de Juárez.

Señor diputado Carlos Reyes Torres, Presidente del Honorable Congreso del Estado.

Magistrado Edmundo Román Pinzón, Presidente del Tribunal Superior de Justicia.

Distinguidos miembros del presídium, Vicealmirante, General.

Señoras y señores diputadas, diputados federales, locales, del Estado de Guerrero.

Amigas y amigos todos:

Hace un mes estuve aquí en el Tianguis Turístico y les dije que tanto el Alcalde Félix Salgado, con quien además fuimos compañeros de legislatura, el Gobernador Zeferino Torreblanca y un servidor, habíamos tomado el propósito común de rescatar la Bahía de Acapulco.

Y hoy me da muchísimo gusto que después de un periodo de análisis, de diagnóstico, de negociación, puedo presentarme con ustedes a cumplir con lo prometido y presentar el Programa para el Saneamiento Integral de la Bahía de Acapulco 2008-2011.

Ustedes saben, nosotros sabemos que este es un paso decisivo, es un paso decisivo e indispensable para mejorar la calidad de vida de todos los guerrerenses que viven aquí y de los más de seis millones de turistas nacionales y extranjeros que visitan Acapulco a lo largo del año.

Seis millones que además deben ser más, particularmente turistas internacionales que dejen recursos a los acapulqueños y que dejen de ver en Acapulco una serie de objeciones que, mitos o realidades, han perjudicado notablemente su imagen, señaladamente la calidad del servicio de suministro de agua y también la calidad misma del agua en la bahía y en las playas.

Yo quiero agradecerles a todos ustedes, señaladamente a los diputados federales que están aquí presentes, por el enorme esfuerzo que hicieron para que se incluyera en el presupuesto de egresos, una partida que nos ayudara a enfrentar el problema en Acapulco y en otros centros turísticos de prioridad para el país.

Agradecerle a los senadores, agradecerle al Alcalde su disposición y buena voluntad y, desde luego, al Gobernador Zeferino Torreblanca; y que, independientemente de diferencias partidistas, hayamos coincidido en un propósito común que es, precisamente, el saneamiento de la Bahía de Acapulco y el suministro de agua potable para los acapulqueños.

Hay otras decisiones, muchas decisiones de carácter personal y de política pública que son fundamentales para tomar esta decisión:

Una. Es la decisión, como he dicho, de los legisladores que posibilita el poder fondear en parte un proyecto de una dimensión tan grande como el que estamos arrancando hoy.

Dos. Una reflexión, un compromiso claro de mi Gobierno que es, precisamente, apoyar a los que menos tienen y empeñar la fuerza del Gobierno mexicano para que la gente, verdaderamente, pueda vivir mejor.

Esa es la razón de ser de mi Gobierno y a eso estoy forzando a todas las dependencias públicas, a que los programas estén orientados, precisamente, a que la gente pueda vivir mejor en el país.

Paradójicamente Acapulco tiene, desde luego, el mayor ingreso per cápita del Estado de Guerrero, pero a la vez, en sus colonias populares está, probablemente, una de las mayores concentraciones de gente pobre, de gente que vive en la miseria, de todo el país.

Este terrible México de contrastes que hemos heredado, encontrado, construido, es un México que tiene que ser corregido.

Y una primera y elemental medida de justicia para elevar la calidad de vida, es elevar la calidad del agua. Elevar la calidad del agua que permita, verdaderamente, evitar una serie de problemas muy graves que ponían en enorme riesgo a una parte de la población en Acapulco, que son problemas de carácter sanitario.

Sí, sí tenemos que trabajar y trabajar rápido, independientemente de los esfuerzos que se realizan de la autoridad. Yo entiendo también que es realmente imposible, desde un ámbito estrictamente local, atender los servicios de una población que no es estrictamente local.

Es decir, el flujo de visitantes que tiene Acapulco le da a esto una dimensión nacional y por eso mi Gobierno ha asumido con toda decisión la tarea de poner todo lo que esté de nuestra parte para trabajar sin distinciones, sin distinciones políticas o de partido, precisamente, en este Programa de Saneamiento de la Bahía y no sólo de la bahía, sino de la Ciudad de Acapulco y del mar que lo baña.

Qué significa vivir mejor para nosotros.

Vivir Mejor significa que no falte el agua potable en las casas y que es lo que queremos hacer ahora.

Vivir Mejor es que se elimine cualquier riesgo sanitario o de contaminación en las aguas que son, como destino turístico, la fuente de ingreso de miles, de cientos de miles, sino es que de millones de familias.

Vivir Mejor significa también que los niños puedan asistir a la escuela y que esa escuela sea cada vez de mayor calidad.
           
Vivir Mejor significa que no falte comida en la mesa de nadie y que el Gobierno haga frente, con todos los recursos a su alcance, como lo estamos haciendo y lo anunciaremos muy pronto, a los problemas que tienen que ver con la carestía derivada de los problemas internacionales que se están padeciendo en materia, entre otras cosas, de consumo básico.

Significa también que los mexicanos cuenten con hospitales y medicinas. Hace un momento me señalaba el Gobernador de algún hospital que espero que pronto podamos visitar y que está a punto de echarse a funcionar y que responde, precisamente, a un esfuerzo enorme que estamos haciendo para que ninguna mexicana, ningún mexicano carezca de salud.

Esta que es una meta de muchos países y de muchos pueblos, un ideal que buscan todas las naciones y gobiernos; la cobertura universal de salud; es una meta, amigas y amigos, que muy probablemente y con el apoyo de todos, seguramente,  alcanzaremos a la vuelta de tres años.

Es decir, en el 2011, de seguir como vamos ahora, a través del reforzamiento del Seguro Popular, del Instituto Mexicano del Seguro Social, del propio ISSSTE, vamos a llegar a la meta en el año 2011, de cobertura universal de salud, es decir, todas las mexicanas y todos los mexicanos contarán con médico, con medicinas y con tratamiento en caso de así necesitarlo.

Significa, también, que no falte drenaje sanitario, precisamente, para la población y, en particular, para quienes más lo necesitan, los más pobres, que son quienes más sufren precisamente las consecuencias, insisto, de salud, derivadas de su carencia.

Sé que para los acapulqueños y para la raíz de su actividad económica, Vivir Mejor significa, en especial, contar con una bahía limpia, significa terminar ya de tajo con ese debate de que si la calidad de las aguas depende si los funcionarios nos metemos o no a bañar en ellas.

Significa terminar, precisamente, con la duda que tenemos acerca de su calidad. Sí, sí tenemos problemas, pero estamos decididos a resolverlos y los vamos a resolver. Este es el punto principal de este evento.

Significa que la ciudad cuente con agua de calidad, donde las aguas residuales sean tratadas para que no contaminen el mar y que no pongan en riesgo el acervo ecológico y turístico que tanto trabajo le ha costado construir a la gente de Acapulco, y del cual depende el ingreso de sus familias.

Yo sé que los guerrerenses quieren revertir el daño y devolver a este puerto su antiguo esplendor, y volver a hacer de Acapulco una zona turística reconocida a nivel mundial por la limpieza de sus playas y la pureza de su mar. Saben que en ese esfuerzo cuentan con todo el apoyo de mi Gobierno.

Por ello hoy me alegra poner en marcha el programa con el que vamos a atender el rezago general en materia de agua.

Lo haremos actuando en cinco áreas fundamentales:

Primero. Una cuestión de justicia. Nos hemos planteado que los habitantes de Acapulco, en las colonias más pobres, puedan tener agua potable en cantidad y calidad adecuada, que sea agua, verdaderamente potable, es decir, en calidad, y que sea agua suficiente, es decir, que las familias puedan, verdaderamente, tener una vida decorosa más allá del acarreo de agua que tienen que hacer ahora o de los tandeos.

Segundo. Vamos a fortalecer el sistema de drenaje sanitario para poder colectar un mayor volumen de aguas residuales y conducirlas a las plantas de tratamiento.

Tercero. Vamos a garantizar el saneamiento al cien por ciento de las aguas residuales, rehabilitando las plantas de tratamiento y poniéndolas en plena operatividad.

Cuarto. Y muy importante, ya lo mencionaba el señor Gobernador, reestructuraremos la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco, el CAPAMA, para mejorar su eficiencia operativa con el fin de satisfacer todas las necesidades hidráulicas de la ciudad.

Por eso vamos a invertir en capacitación y profesionalización del personal, y en especial algo que yo le voy a pedir a la sociedad civil de Acapulco y a la ciudadanía: que se involucren en la CAPAMA, que se involucren en su manejo, que exija cuentas transparentes, que verdaderamente haga suyo el problema y que entre todos lo podamos resolver.

Por eso vamos a incluir a la ciudadanía en el Consejo de Administración de la Comisión para que tenga un peso en la toma de decisiones.

Aquí está el paso quizá más delicado. Como bien decía el Gobernador, si el organismo operador no funciona, el problema se presentará inmediatamente después de que acabemos de aplicar el programa; es decir, cuando terminemos nuestro Gobierno, el alcalde, el Gobernador, un servidor, el problema será exactamente el mismo o peor por los muchos millones de pesos que se van a invertir.

Necesitamos que las cosas funcionen y funcionen bien; que funcionen más allá de símbolos partidistas y de los límites propios de los gobiernos, que entendamos que el agua es un recurso escaso, cada vez más escaso en la sociedad moderna y que tiene que ser bien administrado.

Otro tema que estamos valorando para que el servicio sea permanente es algo que estamos implementando ya a nivel federal; vamos no sólo para el organismo operador de Acapulco, sino para todos los organismos operadores del país, vamos a pagar el servicio, digamos, de tratamiento, si me permiten la expresión, a destajo.

Es decir, si verdaderamente funciona un organismo operador, si verdaderamente funciona una planta y verdaderamente les falta el agua, vamos a pagar por cada metro cúbico que trate esa planta, así sea un municipio en la cuenca del Balsas o aquí el organismo operador o en otra parte del país.

Por lo pronto estamos arrancando sin contar el fondo para zonas turísticas, estamos arrancando con 50 centavos por metro cúbico, lo cual permite pagar la mayor parte de la operación en las plantas eficientes y con eso vamos a ayudar a los organismos operadores y a los municipios a mantener las plantas en funcionamiento; porque no sólo es compleja la inversión en infraestructura, sino también el costo de operación.

Con este programa, si el Congreso autoriza que este programa sea permanente, empieza su vigencia este año presupuestal, este programa nos permitirá poner en operación decenas, sino es que cientos de plantas de tratamiento en el país que hoy están detenidas por falta de financiamiento operativo.

Y quinto. Vamos a proteger a la población de posibles embates de la naturaleza. Le hemos hecho demasiado daño a la naturaleza, más allá de que haya gente que no cree en el tema, yo sé que hay un problema grave de calentamiento global que ha alterado el clima en todo el mundo, que ha elevado la temperatura promedio, lo sabemos y lo sentimos todos en nuestro México; que ha elevado también la temperatura promedio en el mar y que eso está generando, entre otras cosas, una recurrencia cada vez más frecuente y cada vez más violenta de ciclones y de huracanes. Lo vamos a enfrentar en el futuro, con más frecuencia que antes.

En los últimos, en 20 años antes del 2000 se habían registrado huracanes de categoría cinco, probablemente cada cuatro o cinco años en promedio en cada océano; el año pasado tuvimos tres huracanes de categoría cinco ya.

De manera tal que tenemos que estar preparados para ello y por eso vamos a tomar medidas para que los acapulqueños no estén expuestos a posibles inundaciones, sobre todo en las temporadas de lluvias y huracanes. 
Por eso contempla también el programa evitar asentamientos en zonas federales, eso va a ser muy importante. Tenemos entre todos que entender y ayudarnos para que no haya asentamientos en las zonas, precisamente, que son el cauce de los ríos y también vamos a trabajar en el desazolve del Río La Sabana.

Amigas y amigos:

Vamos a rescatar la Bahía de Acapulco, en pocas palabras. Vamos a hacerlo y para ello el Gobierno Federal va a invertir este año 230 millones de pesos y a lo largo de cuatro años casi 440 millones y por su parte el gobierno estatal y municipal también harán su esfuerzo.

Es un esfuerzo digno de la importancia que tiene este puerto para México, para el mundo y también, debo decirlo, para el Presidente de la República.

Como muchos mexicanos y como muchos michoacanos, desde niño yo conocí el mar aquí. Alguna vez me trajeron mis padres, con mucha dificultad, en un viaje familiar que, aunque fue el único que hicimos en muchos años, para mí fue inolvidable.

Y sé que muchos mexicanos tenemos esa experiencia. Yo tengo una afinidad y un cariño especial por este sitio, y durante mucho tiempo, aquí también tuve parte de mi luna de miel, por cierto, y cuando puedo traigo a mis hijos a que conozcan el mar y aprendan a quererlo y a respetarlo.

Creo que todos tenemos que hacer este esfuerzo juntos; ojalá lo podamos hacer por todas las ciudades del país, pero no siempre se puede, pero aquí, por el número de visitantes que tiene el puerto, por el programa especial designado por el Congreso de zonas turísticas prioritarias y también por la urgencia, créanme, la urgencia de poner remedio, no sólo a Acapulco como destino turístico, sino también, de evitar, por si las dudas, cualquier problema sanitario, este programa tiene que empezar y tiene que empezar ya. Esa es nuestra decisión.

Es un esfuerzo que vale la pena y que vamos a salir bien. También recojo lo que dice el Gobernador, se ha intentado otras veces y se ha fallado. Es importante que esta vez aprendamos de los errores del pasado y rectifiquemos a tiempo. La clave es que entre todos tengamos en operación un buen organismo operador y que haya en la gente, en los partidos políticos, en los gobiernos, una cultura de responsabilidad en el uso y en el manejo de agua.

El rescate de la Bahía de Acapulco, de su agua y del saneamiento de la misma, forma parte de una estrategia más amplia del Gobierno de México en el tema del agua.

En este tema estamos teniendo avances en la construcción de obras prioritarias de infraestructura hidráulica. Mencionaba ya el Gobernador una planta de tratamiento en otra población aquí.

Quiero decirles que desde el inicio de mi Gobierno, se han construido 79 plantas de tratamiento de aguas residuales, se han rehabilitado 10 y se han ampliado otras dos, con una inversión de más de dos mil 500 millones de pesos.

Y me parece que afecto que no se refleja en el presupuesto, pues no es afecto, y por eso estamos trabajando fuertemente con Acapulco.

Con el apoyo de ustedes, amigas y amigos, queremos construir un México distinto y mejor, y para ello se necesita, precisamente, impulsar reformas que fortalezcan y transformen al país.

Una buena parte, todo diría yo, de los recursos que estamos empleando aquí, salieron de la Reforma Hacendaria que, en medio de una gran controversia, finalmente fue aprobada por el Congreso de la Unión, y eso ayuda mucho para que el país puedan transformarse.

Hoy ahora mi Gobierno ha presentado una iniciativa de reforma que busca hacer de PEMEX también una empresa más fuerte, más transparente, con mayor capacidad operativa y tecnológica, y algo muy importante, frenar el deterioro que tenemos en la producción de petróleo.

Del 2004 a la fecha, hemos perdido más de 400 mil barriles diarios de petróleo al día en producción. Y a los precios actuales, significarían más de 100 mil millones de pesos al año, es decir, casi cuatro veces el presupuesto del Programa de Oportunidades.

Significarían más de 100 veces, más de 100 veces programas de rescate, como el que hoy ponemos en marcha en Acapulco.

Los recursos que se obtendrían nos permitirían corregir problemas estructurales de pobreza. Si hoy más de 10 millones de mexicanos carecen de agua potable, les podríamos suministrar agua potable; si hoy más de 20 millones carecen de drenaje, podríamos dotarlos de drenaje.

Nos permitiría recuperar parte de la naturaleza que hemos perdido del país, sin que el petróleo deje de ser de los mexicanos y se aproveche integralmente por los mexicanos.

En fin, amigas y amigos, hoy lo que iniciamos en Acapulco es una muestra de un principio elemental.

Para vivir mejor, para que México mejore, necesitamos estar unidos. Tenemos problemas, sí, tenemos muchos problemas, pero lo importante no es tenerlos o no tenerlos, en la vida se tienen y se enfrentan los problemas; lo importante es enfrentarlos con decisión, con determinación y con unidad.

Hoy tenemos un problema en Acapulco, el agua potable, el saneamiento del agua residual, sí; pero también hoy celebramos que estamos unidos para enfrentarlo con determinación y lo vamos a resolver para beneficio no sólo de Acapulco, sino de todo México.

Enhorabuena, muchas felicidades a todos ustedes.

Última modificación:
Viernes, 23 de Mayo de 2008 a las 15:57 por José Antonio Monterrosas Figueiras.

Modificado el ( lunes, 26 de mayo de 2008 )
 
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