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escrito por Gustavo Armenta   
sábado, 15 de marzo de 2003

2003 marzo 15

Glamour, divisas y desarrollo

Cuando Araceli Muñoz, reportera de Milenio, habló a nombre de los reporteros de la Ciudad de México y expresó que ya es hora de que la información de la industria turística salga de las páginas de las secciones de Sociales de los periódicos para irse a la primera plana, Leticia Navarro y su subsecretario Francisco Madrid tuvieron exactamente la misma reacción: asintieron enfáticamente con la cabeza.

Era la cena de clausura del I Foro Nacional de Turismo y Medios de Comunicación en el Parque Garrafón de Isla Mujeres y las palabras de Araceli sólo venían a respaldar algo en lo que el propio Francisco Madrid había insistido reiteradamente durante sus intervenciones en el evento: hay que reconocer ya la importancia económica que el turismo tiene para México.

Y para sustentar su dicho, dio un dato: el petróleo genera en nuestro país alrededor de cien mil empleos, en tanto que el turismo aporta casi dos millones de plazas de trabajo.

La legisladora Addy Joaquín Coldwell, secretaria de la Comisión de Turismo del Senado de la República, también había proporcionado algunas cifras en este sentido: el turismo aporta el 8.9 por ciento del Producto Interno Bruto nacional, dos veces más que la construcción, cinco veces más que la minería y siete veces más que la industria eléctrica, agua y gas.

Además, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), los trabajadores de este sector ganan en promedio 30% más que los empleados en otras actividades.

Asimismo, es sabido que el turismo es la tercera fuente generadora de divisas. El año pasado captó casi nueve mil millones de dólares; significa una inversión privada acumulada de más de 35 mil millones de dólares y es detonante de desarrollo en comunidades de todas partes del país.

Y, aun así, muchos siguen empeñados en regatearle su importancia, negándose a aceptar que esta actividad es mucho más que cocteles y notas frívolas carentes de sustancia.

Tampoco se puede negar que este rubro conlleva una faceta lúdica, porque precisamente esa es su esencia: vende diversión empaquetada de muy distintas maneras.

Sólo hay que recordar: cuando se agotó el modelo económico del "Desarrollo Estabilizador", el gobierno encontró en el turismo la mejor forma de salir adelante. De ahí que los Centros Integralmente Planeados: Cancún, Huatulco, Ixtapa, Los Cabos y Loreto, se hayan edificado en lugares con nulas opciones de desarrollo.

Ejemplo clásico es Cancún, que vino a resarcir el daño ocasionado a la Península de Yucatán el declive del henequén. O Oaxaca y Guerrero, dos de las entidades tradicionalmente más rezagadas. O Baja California Sur, que entonces ni siquiera era un estado de la Federación, sino simplemente un territorio casi deshabitado.

Sí, el turismo es glamour, pero un glamour que se traduce en divisas y desarrollo. Por esta razón es que en 7Cambio hemos decidido darle un espacio principal a la industria del turismo.

 

Revista 7Cambio

 
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